Esencia vikinga, capital
de la histórica Livonia, Riga es una delicia urbana, pintoresca,
alegre, cosmopolita, monumental y artística.
En la orilla derecha del
río Daugava, a diez kilómetros de la desembocadura de este río en
el Golfo de Riga, sobre una llanura plana ya arenosa, está situada
Riga, la ciudad más grande y poblada del Báltico.
En el año 1201 el
obispo Alberto von Buxhoevede abandonó Ikskile y se asentó en Riga.
Comenzó a construir una fortificación y esa es la fecha de
fundación de la ciudad. Desde este lugar el obispo Alberto lanzó a
los Caballeros Livonios de la Espada a la conquista y evangelización
de la vecina y pagana estonia.
Pronto llegaron colonos
germanos para asentarse aquí y paulatinamente Riga se fue
convirtiendo en un destacado mercado intermediario entre Oriente y
Occidente, una ubicación estratégica entre los mercados alemanes,
los centros rusos en el norte y el propio entorno rural. Los colonos
germanos llegaban a través de Lübeck e incrementaron notablemente
la población, que llegó hasta los dos mil o tres mil habitantes en
la década de 1230. La ciudad formó parte de la Liga Hanseática, y
conserva el urbanismo típico de aquellos prósperos burgos
comerciales. En la actualidad está considerada el centro comercial y
empresarial de todo el Báltico.
A partir del siglo XVI
Riga, como parte integrante de Letonia fue dominada sucesivamente por
Polonia, Suecia y Rusia. Los habitantes de Riga se sienten orgullosos
de las veces que estando hundidos, han conseguido levantarse.
Ochocientos años de historia salpicados por dramáticos
acontecimientos que azotaron con violencia la ciudad.
La Casa de las Cabezas
Negras es un sugerente edificio del casco antiguo, construido en el
siglo XIV en estilo gótico. Durante un tiempo fue la casa madre de
un gremio de comerciantes, todos solteros, apodados Cabezas Negras.
Entre los siglos XVI y XIX la casa fue embellecida con nuevos
adornos, convirtiéndose en uno de los edificios más afamados de
Riga.
El legendario caballero
Rolando, espada en mano, monta guardia permanente en el rincón más
bonito de la capital letona.
La catedral de Riga –
Riga Doms – comenzó a ser construida en 1211 por deseo expreso de
Alberto von Buxhoevede y es una simboisis perfecta entre el románico
y el gótico. Desde la Reforma es la iglesia luterana más importante
de Letonia.
Riga cuenta con otra
catedral, la Sveta Jekaba Katedrale, está dedicada a Santiago el
Mayor y es el templo católico más destacado del país.
La iglesia de San Pedro
– Petera Baznica – está dedicada al patrón de la ciudad. Su
estilo basado en los ladrillos rojos es muy típico en toda la zona
del Báltico.
Curiosamente Riga es el
lugar ideal para disfrutar del Art Noveau de estilo alemán, ya que
sufrió menos que las ciudades germanas la devastación de la Segunda
Guerra Mundial.
Aún son visibles algunos (pocos) torreones y lienzos de la muralla medieval que protegía el burgo
mercantil. La Vieja Riga – Vecriga – es el centro histórico, el
área antiguamente amurallada.
Sopa de verduras y cerdo
dentro de una bola de pan negro, un plato para llenar la panza y
calentar las tripas. Eso sí el nombre es impronunciable.
El monumento a la libertad - Brivibas
Piemineklis – es un símbolo de la nación letona.
Guardias de la patria.
Con un marcado estilo
Art Noveau y un origen medieval, Riga, es la auténtica gran
metrópolis del mar Báltico. Su belleza no desemerece a ninguna otra
capital europea. Sin duda una muy grata sorpresa para el camino.
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