Un estado de otro tiempo,
una ciudad estado medieval que ha traspasado el umbral del siglo XXI,
la Serenísima República de San Marino, fundada en el siglo XIII,
este microestado presume de ser la república más antigua y longeva
de la Vieja Europa. La estructura de gobierno original estaba
compuesta por una asamblea, el Arengo, integrada por los jefes de
cada familia urbana.
Situada en un enorme
risco, el Monte Titano, sin ninguna otra montaña en kilómetros a la
redonda, San Marino fue fundada por un santo de idéntico nombre (hay
que ver lo gusta un santo en estas tierras) y es uno de los estados
más pequeños del mundo. Supongo que la parte más alta es la
capital y las casas y residenciales que pueblan las laderas de la
montaña serán las provincias.
La República de San
Marino nos recibe bajo el lema "Antica Terra della Libertá",
una hermosa leyenda, si así lo queremos, pero utópica, por que en
realidad San Marino está vendida o atrapada (según se prefiera) por
las despiadadas cadenas del capitalismo . . . una auténtica pena.
Cuando visito lugares de
"interés general" o "Patrimonio de la Humanidad",
una disyuntiva imposible me atrapa, por un lado me maravilla la
belleza, la cultura, su historia y su gente, pero por otra parte, me
horroriza el ver mágicos entornos y encantadoras ciudades
convertidas en auténticos parques de atracciones, de una masa
informe que, en ocasiones, ni siquiera sabe donde está, ni
sabe/quiere apreciar lo que está viendo. Eso me enfurece y me
entristece, porque roban el alma de estos lugares, corrompen todo lo
que tocan y poco a poco van destruyendo ese espíritu de lo
auténtico, que me ha traído hasta aquí, San Marino, San Gimignano
o Cinque Terre están siendo devorados por gente sin escrúpulos que
han convertido lugares de ensueño en pantomimas, en un engaño,
traicionando la verdadera esencia del lugar . . . una pena . . . ¿por
qué coño todo tiene que estar en venta?....
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