De entre la colección de
iglesias románicas que custodian la ciudad de Zamora nos detenemos
en esta dedicada a María Magdalena, que tiene todo el encanto de la
arquitectura y la escultura románicas. Como sucede con muchos de
estos edificios, ha sido vinculada con la Orden del Temple, con los
caballeros hospitalarios y probablemente perteneció a la Orden de
San Juan de Jerusalén.
Un templo de nave única,
que presenta tres portadas y que en cuya construcción participó el
arquitecto Giral Fruchel que también trabajo en la catedral de
Ávila. Sin embargo, para disfrutar de la joya de la Magdalena es
necesario pasar a su interior (no se permiten las fotografías), un
sepulcro tardorrománico de una anónima dama que pretende ascender a
los cielos. Algún avispado atribuye el sepulcro a doña Urraca de
Portugal, primera esposa del rey Fernando II.
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