Por las venas del rey
Esteban II corría sangre magiar y sangre normanda, pero recibir el
legado de estas estirpes marciales no fue suficiente para convertirle
en un gran guerrero. Esteban era el hijo del monarca húngaro Colomán
I, llamado el Bibliófilo, y de su esposa Felicia de Sicilia (hija
del normando Roger I de Sicilia), y recibió la Santa Corona tras la
muerte de su progenitor.
El gobierno de Esteban
II fue un cúmulo de sucesivas derrotas militares, pues fracasó en
todas las campañas que inició en el exterior, frente a Bohemia,
Ucrania, además de perder el control sobre Dalmacia. Únicamente fue
capaz de contener a los venecianos. De puertas hacia dentro también
tenía grandes problemas, causado por los señores que apoyaban a su
tío Almos. Unos años antes, Colomán, en disputa por el trono con
su hermano Almos ordenó cegarlo a él y a su hijo pequeño Bela.
Como el reinado de Esteban II estuvo marcado por los continuos
conflictos bélicos, el reino acabó padeciendo un fuerte retroceso
económico.
Esteban nunca consiguió
engrendrar hijos y en el lecho de muerte recordó a su primo Bela. Lo
convocó a la corte, acordó su matrimonio con una princesa serbia
que iba a ser determinante en su vida – Helena de Raskia – y le
nombró sucesor y heredero. ¿Quiso Esteban reparar con este gesto
todo el mal que su padre había infligo a Almos y a Bela?.
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