Califa cordobés, hijo
del gran Abderramán III, culto e instruido convirtió su capital en
un enorme centro de estudios. Se cuenta que su biblioteca reunía
unos quinientos mil volúmenes de manuscritos dedicados a las más
variadas disciplinas del conocimiento. Durante su reinado consiguió
cierta tranquilidad al concertar las paces con leoneses, navarros y
castellanos. Tanto dedicarse al estudio y la sapiencia le hicieron
descuidar los asuntos de estado y a su muerte el Califato entró en
una galopante crisis de la que ya nunca se recuperaría.
Pequeños cuentos centroeuropeos
Hace 52 minutos
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