“Las
grandes cadenas montañosas siempre han inspirado un profundo respeto
y admiración. En ellas se situaron las moradas de los dioses y el
origen de muchos fenómenos naturales. Su colosidad actuó siempre
como una barrera limitante para la penetración, colonización y
consiguiente explotación por el hombre”.
Fauna Ibérica
y Europea. Salvat.
Europa es un
continente densamente poblado y muy humanizado, y la alta montaña es
el único bioma (quizás junto a la taiga boreal) que ha conservado
su identidad hasta nuestros días, por eso sigue siendo el lugar
elegido para miles de urbanitas para escapar del cotidiano mundo de
hormigón. Pero la montaña pone a prueba la vida, junto a polos y
desierto, presenta el hábitat más complicado del planeta. A medida
que ascendemos el aire se hace más frío y húmedo.
Vivir en la
montaña nunca ha sido fácil, las especies deben adaptarse a un
medio hostil y enfrentarse a condiciones de vida muy complicadas. El
frío, el viento y la escasez de oxígeno son los principales
problemas que tienen que afrontar animales y plantas de las cumbres.
Un medio donde el invierno, la estación fría, se alarga demasiado,
mientras que los períodos cálidos duran apenas un suspiro. Las
montañas son como islas de reducido ámbito geográfico en
comparación con las inmensas extensiones de otros biotopos.
La
vegetación en montaña se dispone en pisos, dependiendo de las
características y necesidades específicas de cada especie. En
muchas montañas se aprecia claramente donde se sitúa el límite del
bosque, hasta que altitud crecen los árboles. Los árboles de hoja
caduca – hayas, robles y fresnos – ceden su espacio a los abetos
y a otras coníferas. Pero si continuamos ascendiendo, las partes más
altas están demasiada expuestas al viento y son demasiado gélidas
para que crezcan incluso estos árboles. El bosque es sustituido por
el prado, y en las zonas de mayor altitud, la flora desaparece y
únicamente podemos observar la roca desnuda. No situamos en la
conocida como zona alpina; un paisaje desolado, gran parte del año
cubierto por un blanco manto de nieve. Por encima de los 4000 metros
las nieves perpetuas cubren incluso las montañas situadas sobre la
imaginaria línea del ecuador. Aquí el hombre se enfrenta solo al
mundo, este es el lugar donde podemos encontrarnos con nosotros
mismos.
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