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jueves, 30 de agosto de 2018

¿QUÉ ES EL MEDIO NATURAL?



El Medio Natural es el marco donde se ha desarrollado la vida del hombre desde su aparición en el Planeta. Parte de esa existencia ha estado marcada por su adaptación a ese medio, aunque en los dos últimos siglos (concretamente desde la Revolución Industrial) la Humanidad ha ido desarrollando su tecnología de tal forma que consigue modificar el medio natural para satisfacer sus necesidades. El Medio Natural por tanto influye, que no determina, en la cultura humana, queremos decir que para comprender una determinada sociedad histórica, es imprescindible conocer el lugar donde se ha desarrollado.

Geográficamente hablando, Medio Natural es una gran área que presenta una serie de características comunes. Esas características están determinadas por la interrelación de cinco elementos: el relieve, las aguas, el clima, la vegetación y la fauna. El relieve es el elemento físico que sustenta todo el sistema, concretado en el suelo. El agua, un elemento imprescindible para la vida, y un activo agente que modifica ese relieve. El clima ofrece una serie de condiciones de humedad y temperatura a ese escenario donde se desarrolla el drama de la vida. Vegetación y fauna son, por tanto, los protagonistas de la obra. Estos cinco elementos no existen de forma independiente, sino que establecen una serie de relaciones multidireccionales entre ellos, dando lugar a una (casi) infinita variedad de ecosistemas.

Existen medios naturales inhóspitos (algunos con condiciones vitales extremas) que impiden y/o dificultan el asentamiento humano, como sucede en los polos, las selvas ecuatoriales y los desiertos. Tampoco las montañas suelen estar muy habitadas, pues la población prefiere concentrarse en áreas situadas por debajo de los 500 metros de altitud. En ese sentido las regiones de clima templado son las más apropiadas y habitadas del planeta, destacando en especial las costas y las cuencas de los grandes ríos. No obstante la determinación y la propia inteligencia del hombre, han posibilitado que prácticamente no exista ningún rincón del planeta sin presencia humana, por mínima que sea.

lunes, 18 de junio de 2018

EL BAI, UN CLARO EN EL BOSQUE TROPICAL.




Un bai es un claro en el bosque tropical, normalmente húmedo y pantanoso, rodeado por la selva, que sirve como auténtico punto de reunión para innumerables especies de animales. Se trata de amplias zonas abiertas en las que fluyen aguas con alta concentración de sales minerales, muy apetecibles (y necesarias) para todo tipo de animales; elefantes, gorilas, antílopes, búfalos, potamoqueros y nutrias.


En estos peculiares claros del bosque, despejado de árboles y con vegetación baja, la luz apenas toca el suelo y se crea un espacio mágico donde los animales se congregan para beber de sus aguas frescas y ricas en sales, comer las plantas que crecen allí, tener un momento de descanso y buscar la compañía de otros congéneres y socializar.


Los bai suponen una oportunidad para descubrir a los huidizos habitantes de la selva, ya que la frondosa vegetación dificulta la observación, incluso aunque estemos a escasos metros de ellos.

miércoles, 21 de marzo de 2018

EL MEDIO DE ALTA MONTAÑA.




“Las grandes cadenas montañosas siempre han inspirado un profundo respeto y admiración. En ellas se situaron las moradas de los dioses y el origen de muchos fenómenos naturales. Su colosidad actuó siempre como una barrera limitante para la penetración, colonización y consiguiente explotación por el hombre”.
Fauna Ibérica y Europea. Salvat.

Europa es un continente densamente poblado y muy humanizado, y la alta montaña es el único bioma (quizás junto a la taiga boreal) que ha conservado su identidad hasta nuestros días, por eso sigue siendo el lugar elegido para miles de urbanitas para escapar del cotidiano mundo de hormigón. Pero la montaña pone a prueba la vida, junto a polos y desierto, presenta el hábitat más complicado del planeta. A medida que ascendemos el aire se hace más frío y húmedo.

Vivir en la montaña nunca ha sido fácil, las especies deben adaptarse a un medio hostil y enfrentarse a condiciones de vida muy complicadas. El frío, el viento y la escasez de oxígeno son los principales problemas que tienen que afrontar animales y plantas de las cumbres. Un medio donde el invierno, la estación fría, se alarga demasiado, mientras que los períodos cálidos duran apenas un suspiro. Las montañas son como islas de reducido ámbito geográfico en comparación con las inmensas extensiones de otros biotopos.

La vegetación en montaña se dispone en pisos, dependiendo de las características y necesidades específicas de cada especie. En muchas montañas se aprecia claramente donde se sitúa el límite del bosque, hasta que altitud crecen los árboles. Los árboles de hoja caduca – hayas, robles y fresnos – ceden su espacio a los abetos y a otras coníferas. Pero si continuamos ascendiendo, las partes más altas están demasiada expuestas al viento y son demasiado gélidas para que crezcan incluso estos árboles. El bosque es sustituido por el prado, y en las zonas de mayor altitud, la flora desaparece y únicamente podemos observar la roca desnuda. No situamos en la conocida como zona alpina; un paisaje desolado, gran parte del año cubierto por un blanco manto de nieve. Por encima de los 4000 metros las nieves perpetuas cubren incluso las montañas situadas sobre la imaginaria línea del ecuador. Aquí el hombre se enfrenta solo al mundo, este es el lugar donde podemos encontrarnos con nosotros mismos.




martes, 13 de marzo de 2018

LA VEGETACIÓN DE MONTAÑA.



Las plantas que crecen en el medio montañoso deben imperiosamente adaptarse a las bajas temperaturas, la vegetación se ha hecho raquítica y más oscura, y para protegerse de los fuertes vientos la vegetación se abraza íntimamente a la escasa tierra existente.

La cubierta vegetal depende también de la orientación, en la pendiente expuesta al sur, la solana, presentan un microclima más favorable, la diferencia de vegetación con la cara norte, la umbría, es palpable. La calidad del suelo, incluyendo a la roca madre, es determinante, la flora de una montaña calcárea no es la misma que la de una montaña silícea.



En el conjunto de un sistema montañoso se desarrolla una faceta biológica espectacular, con la superposición altitudinal de una serie de biotopos. En el caso de los grandes sistemas montañosos peninsulares van desde el bosque y matorral mediterráneo, a la vegetación de líquenes y algas, cubierta que antecede a los hielos perpetuos.

Piso basal. Colonizado por formaciones xerófilas, maquis, encinas y alcornoques. Esta banda no suele superar los 1000 metros. No obstante en las laderas abrigadas y de condiciones microclimáticas singulares podemos hallar numerosas excepciones a esto.

Bosque caducifolio. Las temperaturas comienzan a descender, mientras que el ambiente se va haciendo más húmedo. Vamos penetrando en el bosque caducifolio, robles en el Sistema Central, y hayas en los Pirineos, Cordillera Cantábrica y Sistema Ibérico.

Bosques de coníferas. Por encima de los 1500 metros de altitud nos encontramos en los dominios propiamente montanos, en la Alta Montaña. Este medio se corresponde con las taigas septentrionales y estaría integrado, según orientación y disponibilidad de agua, por abetos y pinos silvestres.

Con cierta frecuencia encontramos grandes claros en medio del bosque. Los seres humanos han sustituido los árboles por frescas (y nutritivas) praderas donde pastan los rebaños durante los meses estivales.

Landas alpinas. Entre los 1700 y 2400 se dispone el estrato de vegetación subalpina. Espléndidos prados de césped que pueden alcanzar fácilmente alturas de medio metro. De forma intermitente pueden aparecer algunos árboles, como el alarce y el pino negro, y arbustos de tipo globoso como los piornos. A partir de los 2000 metros la vegetación queda reducida a formas herbáceas en las zonas donde la superficie queda libre de nieve al menos tres meses al año. En las peladas cumbres únicamente encontraremos líquenes.




miércoles, 27 de septiembre de 2017

EL PLANETA DE LA VIDA.





Comparado con el resto de planetas (y satélites) del Sistema Solar el Planeta Tierra presenta una significativa peculiaridad, es el único que alberga vida (al menos que tengamos constancia). Ahora bien ¿qué circunstancias han hecho posible la existencia de vida en nuestro planeta?.

- La Tierra se encuentra dentro del Sistema Solar en una zona de habitabilidad, a una distancia justa del Sol. Si estuviésemos más cerca las temperaturas serían demasiado elevadas, y si estuviésemos un poco más lejos, esas temperaturas descenderían de tal manera, que el desarrollo de la vida (tal como la conocemos) sería imposible.

- Presencia de agua líquida. En relación a la distancia al Sol y a la temperatura, en la Tierra se produce un hecho determinante, la existencia de agua líquida, un elemento imprescindible para la vida. Los seres vivos surgimos del agua y las reacciones químicas de nuestro metabolismo tienen lugar en un medio acuoso.

- Existencia de atmósfera. La Tierra se encuentra envuelta por una capa gaseosa llamada atmósfera. En la atmósfera encontramos gases esenciales para la vida, como el oxígeno, y además funciona como barrera protectora contra las radiaciones mortíferas del Sol.

lunes, 6 de junio de 2016

DEVÓNICO, UN VERGEL BAJO LAS AGUAS.




El ser humano en su infinito afán por conocer, define, clasifica, caracteriza y sistematiza toda realidad aprehensible, y divide el tiempo (geológico e histórico) en eones, eras, periodos y edades, para facilitar (en lo posible) su comprensión. El devónico es el cuarto periodo de la Era Paleozoica, entre el silúrico y el carbonífero, comenzó hace unos 408 millones de años y finalizó hace 360 m.a. Su nombre procede del condado de Devon, ubicado en Cornualles (Suroeste de Inglaterra).

Geológicamente es una época de incesante actividad tectónica. A principios del periodo la colisión de las placas Laurentia y Báltica, elevaron el continente de Laurasia (o Euramérica), mientras que el macrocontinente Gondwana dominaba el sur del globo. Por otro lado, en todo el mundo tiene continuidad el clima benigno que caracterizó al periodo anterior (el silúrico).




Las aguas del enorme océano llamada Panthalassa, y pequeños mares (como el que daría origen a Tethys) cubrían la mayor parte del planeta. Estos mares del devónico eran auténticos vergeles, habitados por multitud de criaturas de todo tipo: corales, esponjas, algas, estrellas de mar, trilobites cada vez más vistosos, braquiópodos que alcanzan ahora su mayor éxito, gasterópodos, cefalópodos, como los ortocerátidos con su típica concha alargada, se diversifican los moluscos, florecen los arrecifes y aparecen los primeros ammonites.




En estas nutritivas aguas saladas surgen, por evolución y no por generación espontánea, varias especies de peces: los acorazados placodermos, como el temible dunkleosteus, los tiburones, los sarcopterigios de los que derivan los vertebrados terrestres, como dipnoos (peces pulmonados) y celacantos, y los actinopterigios, grupos de vertebrados que en la actualidad dominan mares, ríos y lagos.

La tierra firme es un reflejo de lo que ocurre en los mares y a lo largo del devónico se desarrollan las primeras especies de plantas vasculares, que en adelante dominarán la flora terrestre. Como consecuencia de este desarrollo se van a formar los primeros bosques y van a surgir sus principales comensales; los insectos. Más adelante comienzan su existencia otros vegetales, como por ejemplo los helechos.



Las plantas vasculares van a propiciar otro acontecimiento trascendental, la formación de cadenas tróficas complejas y el éxito de los vertebrados pioneros de la vida terrestre; los anfibios, entre ellos el famoso Ichthyostega. Los primeros fueron los tetrápodos, anfibios de cuatro patas que debieron evolucionar a partir de peces de agua dulce que eran capaces de sobrevivir un tiempo fuera del líquido elemento.

Arañas, ácaros, escorpiones y otros artrópodos siguen su curso de manera imparable, la vida se va haciendo cada vez más rica, compleja y diversa, a lo largo de un fascinante viaje a través del tiempo.

El final del periodo viene marcado por una gran crisis provocada por la masiva extinción de miles de especies (una más en la larga cadena de la evolución) que afectó más a las aguas que a los continentes; los grandes perjudicados, los corales, que habían dominado los fondos marinos, así como los placodermos que fueron fulminados.

martes, 19 de abril de 2016

CARBONÍFERO, BOSQUES GIGANTESCOS Y REPTILES PRIMITIVOS.



El Carbonífero, que se extiende aproximadamente entre 359 y 290 m.a., es el quinto periodo de la Era Paleozoica, encajado entre el Devónico y el Pérmico.


De manera opuesta a lo que sucede en la actualidad, las masas continentales se concentran en el Hemisferio Sur. Gondwana, que comprende un gran conjunto de tierras emergidas, futuras Sudamérica, África, India, Australia y Antártida, se situaba por debajo de la línea del ecuador, basculando alrededor del Polo Sur. Al norte de los trópicos tan solo encontramos el protocontinente de Siberia. Geológicamente fue una etapa de gran actividad orogénica, pues las masas que formarían el supercontinente Pangea II se fueron aproximando, al tiempo que una serie de movimientos tectónicos originaban los Apalaches y los Urales (en el continente Euroamérica).

Dos grandes océanos, Panthalassa y Paleo-Tehtys, junto con otros de menores dimensiones, rodeaban las masas continentales completamente. Si en el final del Devónico asistimos a un descenso del nivel de los océanos, durante el Carbonífero se invierte esa tendencia. Bajo la superficie de estos mares la vida continua abriéndose camino. Los invertebrados siguen siendo los gurpos más numerosos, con los foraminíferos (pequeños organismos unicelulares con concha) a la cabeza. También corales, briozoos, braquiópodos, ammonites y equinodermos. Entre los moluscos abundan bivalvos, gasterópodos y cefalópodos. Por contra, los trilobites se encuentran en retroceso, y ya no son los únicos dominadores de las masas de agua salada.


Dientes, espinas y escudos óseos fosilizados, demuestran la abundancia y diversificación de los peces. Los cestraciontes, una especie de tiburón, se convirtieron en el grupo hegemónico entre todas las criaturas marinas.

Tenemos una primera parte del Carbonífero bastante cálida, con climas uniformes tropicales y subtropicales, aunque paulatinamente la temperatura del planeta fue descendiendo. En la etapa final se produjo la glaciación Karoo, que continuó durante el Pérmico. Este clima húmedo y relativamente cálido fue muy adecuado para el desarrollo de una exhuberante vegetación y extensos bosques en zonas cenagosas.


Precisamente esos bosques son lo más característico del período. Los gigantescos vegetales están en el origen de los grandes yacimientos de carbón, y por ese motivo a este periodo se le llama carbonífero. En el Carbonífero las plantas habían colonizado toda la superficie de las tierras emergidas, se concentran principalmente en áreas pantanosas, y experimentan una espectacular diversificación y aumento de tamaño. Enormes regiones cubiertas de helechos (que aparecen en este periodo), selvas pantanosas, árboles de escamas que superan los treinta metros de altura, juncos, gimnospermas (con complejas estructuras reproductoras y especializadas como el polen y las semillas) y las primeras coníferas verdaderas. Se piensa que nunca antes ni después han coexistido en la tierra plantas de tal variedad de formas y tamaño.


A la sombra de estos bosques se desarrollan multitud de especies de insectos, como las libélulas, encuentran su nicho ecológico arácnidos, miriápodos y batracios, y hacen su aparición, por evolución de los anfibios, los primeros reptiles, llamados a dominar el planeta durante le Mesozoico. Uno de los grandes logros evolutivos del momento fue la aparición del huevo amniótico, que permitió a los animales la vida completamente independiente del agua.



Hylonomus es el reptil auténtico más antiguo conocido.


viernes, 22 de enero de 2016

PALMITO, LA ÚNICA PALMERA DE EUROPA.



El palmito, ese arbusto tan típico de nuestras latitudes áridas y cálidas, es el único tipo de palmera autóctono del continente europeo.


El Palmito (Chamaerops humulis) fue capaz de soportar las gélidas temperaturas y sobrevivir en el frío ambiente de la Edad del Hielo. El resto de palmeras no pudo con las durísimas condiciones y se extinguieron de Europa hace unos dos millones de años.



Esta planta, de cuyas hojas se obtienen fibras que se utilizan como relleno de colchones y muebles acolchados, coloniza lugares abiertos y secos. Una palmera enana que se distribuye por la costa mediterránea española, especialmente abundante en el Parque Natural del Cabo de Gata, un fascinante enclave en la provincia de Almería.  
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