Estos
valles pirenaicos están repletos de pequeñas joyas del románico
que suelen pasar desapercibidas y son desconocidas para el gran
público. Pequeños pueblos que viven agazapados en la ladera de la
montaña, enclaves semiaislados cuyas gentes se dedican a las típicas
actividades del sector primario.
De
un lado la montaña y el bosque, del otro los campos de cultivo y los
pastos para el ganado. Y como testigo de su historia, la iglesia y el
camposanto.
Una
sacudida a mi yo curioso, los ojos abiertos como el dos de oros al
pasar al interior de la iglesia de Santa Anne de Cazeaux de Larboust,
en la vertiente francesa de lo Pirineos, construida en el siglo
XIII. Interesante ejemplo de románico pirenaico.
Se
trata de un templo de pequeñas dimensiones, construido alrededor de
una capilla del siglo XII. La iglesia está catalogada como de estilo
lombardo que se extendió por esta región del Pirineo.
Las
pinturas de su interior, datadas en el siglo XV, son una auténtica
maravilla. Estuvieron ocultas varios siglos. Hoy asombran a los
visitantes, que como yo, exploran estos valles.
Las
maravillosas pinturas murales fueron redescubiertas en 1873. Durante
dos siglos habían permanecido ocultas bajo una espesa capa de cal.
Podemos imaginar la sorpresa que causó en las personas que las
descubrieron y las volvieron a sacar a la luz del mundo.
Las
pinturas murales de sus viejos muros nos trasladan al Medievo.
En
el ábside, justo encima del altar, aparece representada la Asunción
de la Virgen. Todo el conjunto pictórico ,de inspiración, y
simbolismo medieval, ha sido fechado en la segunda mitad del siglo
XV.
En
la cima de la bóveda el Pantocrátor en el interior de la mandorla
mística rodeada de los tetramorfos y los Evangelistas, mortales que
pusieron por escrito la vida y obra del Nazareno.
Estas
pinturas murales recuerdan lejanamente a las realizadas en las
catacumbas por los primeros cristianos.
El
Crucificado es coetáneo a las pinturas murales.
Esta
pequeña iglesia es una auténtica joya del arte sacro rural
pirenaico.
Luz
de la Creación. La Creación de Eva, pintura mural datada en la
segunda mitad del siglo XV.
San
Jorge, patrón de la caballería andante, vistiendo los hábitos de la
Orden de Malta.
El
arcángel Miguel, guerrero y espada de Dios, también luce el hábito de los caballeros de Malta.
El
pecado original y la expulsión del Edén.
El
Juicio Final, segunda mitad siglo XV, representado en tres niveles.
En el Cielo (superior) los ángeles tañen sus instrumentos y llaman
a los muertos. En el medio Cristo enviado a la Tierra establece el
vínculo entre los dos mundos.
En
el plano inferior, el arcángel San Miguel pesa las almas y arroja al
Averno a los pecadores. Los condenados son engullidos por un enorme
Dragón, la puerta a los Infiernos, donde sufrirán tormentos por
toda la eternidad.
Cazeaux
en el valle de Larboust, naturaleza, arte y gastronomía. A través
de esta cordillera, estos pasos naturales de montaña, llegó el arte
románico a Iberia.