Ordoño I,
hijo y sucesor de Ramiro I heredó de su padre reino y carácter,
mano dura y puño de hierro. En una época convulsa Ordoño supo
manejarse en el campo de batalla. Inauguró su reinado aplastando la
recurrente insurrección de los vascones, rechazó una peligrosa
incursión normanda en la costa gallega y venció en alguna batalla a
las tropas andalusíes.
Aprovechó
la anarquía en suelo islámico para repoblar Tuy, Amaya, León y
Astorga. Erizó el sur de la cordillera cantábrica con numerosas
fortalezas, aunque no pudo evitar las incursiones musulmanas en
tierras de Castilla. Las aceifas estivales y la derrota en Morcuera
frenaron la pretendida expansión del Reino Astur. Le sucedió su
hijo Alfonso III.
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