Montaña,
Valle y Ribera. Pirineos, Zona Media y Ebro. La montaña se lanza
sobre la llanura y termina dominándola. Naturaleza, Medievo, vinos y
gastronomía de calidad, un viaje al ayer y un disfrute en el hoy.
Ciudades, castillos, atalayas e iglesias fortalezas para defender las
tierras del Reino de vecinos e invasores. Quinientos años después
sigue conservando su personalidad e independencia foral.
Viana,
Villamayor de Monjardín, Nájera, Puente la Reina, Artajona, Santa
María de Eunate, Pamplona, Sangüesa, Olite, Nájera, Lizarra, son
pequeños capítulos de una novela grandiosa, la Historia del Reino
de Navarra, en la que la Virgen Madre (la encontramos por doquier) y
el Camino de Santiago, son dos protagonistas definitorios del
territorio. El tercero de los elementos que otorgan uniformidad (y
personalidad) a la histórica entidad político-cultural es la
lengua; el euskera.
Nobleza
filo-castellana, burguesía franca y campesinado vascón terminarán
configurando el Reino de Navarra. Viajando por estas tierras, y
contemplando todos los carteles (y toponimia) bilingües no puedo
dejar de hacerme preguntas: ¿nació Euskalherría en Navarra?, ¿de
qué forma sentirán los navarros el vasquismo?, ¿y los riojanos?,
¿se sentirán todos iguales formando parte de una misma entidad
cultural?, ¿o cada pueblo reclamará para sí los elementos y
símbolos utilizados por todos?.
Diciembre 2014.
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