En un tiempo en que no existía nada parecido al estado, cuando aún no había ni funcionarios ni burócratas ni soldados profesionales, la única forma de mantener el orden era la fuerza. Un señor feudal se valía de su capacidad militar para garantizar la fidelidad y el respeto de sus vasallos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario