Un pequeño pueblo que sin
estar en la montaña tiene todo el encanto de una localidad serrana.
En realidad Bornos es la entrada de la Sierra de Cádiz e integra la
sugestiva ruta de los pueblos blancos.
El Castillo-Palacio de los
Ribera del siglo XVI, joya de la arquitectura civil andaluza del
Renacimiento, es el edificio más destacado de Bornos.
Los árabes ya levantaron una
torre fortificada que sería del origen del castillo-palacio.
Alrededor de este espacio se desarrolló la localidad, conquistada
por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII.
En 1518 el adelantado mayor de
Andalucía, Fadrique Enríquez de Ribera inició aquí en Bornos su
peregrinación a Tierra Santa.
Inmensidad azul. Siempre el
agua, el mar, el río, la lluvia, el estanque . . . las tranquilas y
mansas aguas lacustres, tan diferentes de las embravecidas olas
marinas.
El embalse de Bornos en la
cuenca del río Guadalete un hermoso paraje, mitad natural, mitad
artificial, silencio demoledor, únicamente roto por el suave
crepitar de las aguas y por el sonido de cientos que pequeñas
criaturas que reverberan en los bosques adyacentes, el chirriar de
las cigarras, el sordo cantar de algunas aves, el gorjeo de los
pájaros, el croac de alguna rana que pasa las horas al Sol . . . y
la paz total y absoluta del inquebrantable espíritu humano.
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