Es la doctrina económica de las
revoluciones burguesas, y tiene su origen (como no) en Gran Bretaña.
Las bases teóricas del liberalismo económico están en el libro “La
Riqueza de las Naciones” escrito por Adam Smith. Según Adam Smith
la economía debe organizarse por un principio de libertad económica,
en el que sea el mercado el que establezca precios y salarios, y que
el estado únicamente intervenga para asegurar esa libertad.
“Todo ser humano, siempre
que no viole las leyes de la justicia, debe ser completamente libre
para elegir el medio que le parezca más adecuado para lograr el
ideal de vida y sus intereses. Los productos que crea tienen que
poder salir a competir con los de cualquier otro individuo del género
humano […].
Según el sistema de libertad
de negocio, el soberano únicamente tiene tres obligaciones
principales por las cuales debe preocuparse: la primera, proteger a
la sociedad de la violencia y de la invasión de otras sociedades
independientes; la segunda, proteger de la injusticia y la opresión
a un miembro de la república ante cualquiera que también sea
ciudadano de esta, y establecer una justicia exacta entre sus
pueblos; y la tercera, crear ciertas obras y establecimientos
públicos y mantenerlos”.
Adam Smith, La riqueza de las
naciones, 1776.
La
economía se organiza en virtud de la ley de la oferta y la demanda,
sin necesidad de que el estado la controlase. En ese sentido,
cualquier persona que lo deseara y tuviera los medios adecuados puede
poner en marcha un negocio o empresa, y es la encargada de tomar
todas las decisiones relacionadas con él.
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