Los ilustrados se oponen al
Antiguo Régimen y van a realizar una serie de críticas encaminadas
a destruir ese Antiguo Régimen. Defienden un sistema basado en la
libertad y en la igualdad legal y social. También piensan que la
existencia de privilegios es un freno y un obstáculo para el
desarrollo de la sociedad.
“El comercio, que ha
enriquecido a los ciudadanos en Inglaterra, ha contribuido a hacerles
libres, y esta libertad ha extendido a su vez el comercio, así se ha
formado la grandeza del Estado . . . Todo esto da un justo orgullo a
un mercader inglés . . .
En Francia un noble es muy
superior a un negociante. El negociante oye hablar tan a menudo con
desprecio de su profesión que es lo suficientemente tonto como para
enorojecerse de ello. No sé, empero, quién es más útil a un
Estado, un señor bien empolvado que sabe precisamente a qué hora el
rey se levanta, a qué hora se acuesta, y que se da aires de grandeza
haciendo el papel de esclavo en la antecámara de un ministro, o un
negociante que enriquece a su país, da desde su despacho órdenes a
Surate o a El Cairo, y contribuye a la felicidad del mundo”.
Voltaire, Cartas filosóficas,
1734.
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