De
las ruinas de una Lisboa arrasada por un terremoto (1 de noviembre de
1755) el marqués de Pombal levantó un encantadora y hermosa
capital, al tiempo que sentaba las bases del estado moderno
portugués.
Bastian
José de Carvalho e Melo, flamante marqués de Pombal y primer
ministro del rey José I, influido por las corrientes del pensamiento
ilustrado, diseñó un ambicioso plan para modernizar Portugal.
Entre las
medidas que puso en marcha podemos citar la fundación de la compañía
vinícola del Alto Duero para romper el el monopolio inglés sobre
los caldos de Oporto, prohibición de exportar moneda, reorganización
de la flota y mejora de los puertos, fomento de la exportación,
creación del Banco Real, apoyo a la creciente burguesía, concesión
de libertad para los indios y expulsión de la Compañía de Jesús
de todo el territorio. Todas estas medidas contaron con la fuerte
oposición de los grupos privilegiados. Al marqués no le tembló el
pulso e inició una dura represión. Por todo ello esta época es
conocida como Dictadura Pombalina.
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