El peregrino medieval va
a parar siempre cerca del agua, al igual que hoy. La fuente y la
taberna, lugares para intercambiar información sobre las rutas. El
hospital y la posada, llenar la panza, contar las vicisitudes del día
y cuando se apaga la luz, dormir. Y a la luz de la fogata compartir
un trago de vino.
Pequeños cuentos centroeuropeos
Hace 1 hora
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