La Plaza Mayor de Amberes, el corazón de la ciudad, como ocurre en tantas y tantas
poblaciones de la Vieja Europa, el lugar donde late el sentir
cotidiano de propios extraños.
Las fachadas de las
casas gremiales muestran con orgullo los símbolos familiares que
coronan los edificios. Nuevamente encuentro luces en la oscuridad
medieval, no todo era ruptura, ni decadencia y abandono. La esencia
de estas ciudades que hoy nos dejan con la boca abierta tienen su
alpha en la Edad Media.
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