¿Imaginamos alguna vez
a un hombre, o mujer, de Neandertal amenizando una velada, tras una
dura jornada, con las suaves notas musicales de una flauta?. Pues
esta escena pudo suceder en algún rincón de Europa Central hace
55.000 años.
Esta flauta de hueso,
uno de los instrumentos musicales más antiguos que se conocen, fue
descubierta en 1995 en la cueva de Divje Babe (Eslovenia) durante una
campaña de excavación dirigida por Ivan Turk. La cueva era
frecuentada durante época glacial tanto por osos como por
neandertales, y posteriormente por los primeros cromañones. La
cronología de la flauta, unos 55.000 años, es algunos milenios
anterior a la llegada de los sapiens, de ahí que sea atribuida al
(¿genio creador?) Neandertal. Existen ciertos investigadores que se
niegan a reconocer que el Hombre de Neandertal está más próximo a
nosotros de lo que hace un siglo pudiése parecer, e inventan
hipótesis para explicar el origen de los agujeros en el hueso, como
que sean causados por las dentelladas de algún carnívoro, como por
ejemplo una hiena. Situado frente a la vitrina del Museo Nacional de
Eslovenia, donde se expone el objeto, observo su simetría, y me
resisto a creer que sea algo fortuito, y que el instrumento musical
no haya sido confeccionado con total intencionalidad. Pero claro,
concederle a los neandertales la capacidad de abstracción necesaria
para crear música, y un instrumento para producirla, significaría
tener que replantearnos demasiados aspectos sobre nuestra propia
esencia. Algo a lo que pocos están dispuestos.
La flauta fue
fabricada a partir de la sección tubular de un fémur de un cachorro
de oso de las cavernas. El musicólogo Bobi Fink y su descubridor
Ivan Turk, son los principales defensores de considerar este objeto
como una auténtica flauta utilizada por los neandertales.
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