martes, 5 de mayo de 2015

CONFLICTO GENERACIONAL.



Esencia y amalgama de la sociedad humana, es el abismo generacional que se abre entre padres e hijos, abuelas y nietas. La generación actual siempre se siente incomprendida por la generación anterior, que tampoco pudo convencer a la que le precedió. Publio Terencio Africano (c.190 - 159 a.C.), comodiógrafo latino, ya lo tenía claro hace más de dos milenios.

"CLITIFÓN. - ¡Qué jueces más injustos son siempre los padres para la gente joven! Les parece razonable que seamos viejos desde que nacemos y que no compartamos los gustos propios de la juventud. Gobiernan según su capricho, su capricho actual, no el de antaño. Si yo llego algún día a tener un hijo, éste hallará ciertamente en mí un padre comprensivo; podrá confesarme sus locuras y contar con mi indulgencia. No seré como mi padre, que se vale del ejemplo ajeno para darme lecciones de moral. ¡Pobre de mí! Cuando ha bebido algo más de la cuenta, ¡qué hazañas me cuenta (de su pasado)! Y ahora me dice: << Saca partido de la experiencia ajena para tu propio provecho>>. ¡Listo! No sabe, desde luego, que ahora, para mí, está contando cuentos a un sordo. Más mella me hacen las palabras de mi amada: <> y < >. A esto no sé que contestar y no hay persona más desgraciada que yo. Pues mi amigo Clinia, aunque también tiene bastante con sus preocupaciones, al menos ama a una mujer bien educada y digna, que desconoce el oficio de la mala vida. La mía es dominante, exigente, fastuosa, no repara en gastos, una princesa: lo que yo le ofrezco es un <>; pues no me atrevo a decirle que no tengo nada. Hace poco que descrubrí esta plaga, y mi padre todavía no está enterado".

El atormentador de sí mismo, 213-229.

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