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viernes, 5 de febrero de 2021

LA HUELLA GUERRERA EN EL CAMINO. EL APÓSTOL SANTIAGO Y LAS ÓRDENES DE CABALLEROS.



El Camino francés estaba sometido a la amenaza musulmana. Es un camino problemático: los árabes y bandoleros lo amenazan. Por ello, no se trataba solamente de proporcionar una ayuda hospitalaria o de mantenimiento, sino también de protección física o de seguridad, que hombres armados, los caballeros de las órdenes, van a realziar con idoneidad y especial dedicación. Se trata de un claro precedente, hace ocho siglos, de la misión humanitaria de la milicia que parece haber sido descubierta ahora.

Lugares de los caballeros hospitalarios de San Juan de Jerusalén en el Camino Francés.

♠ Zabaldica, iglesia románica, siglo XII.

♠ Pamplona, casa de San Juan de la Cadena (destruída).

♠ Cizur Menor, encomienda. Iglesia siglo XII.

♠ Mañeru, propiedad de la orden entre los siglos XIII y XVI.

♠ Puente la Reina; iglesia del crucifijo desde el siglo XIV.

♠ Estella. Importante centro de la Orden. Sancho VI el Sabio le concede su propio palacio.

♠ Los Arcos y Sansol.

♠ Logroño. Iglesia de Santa María del Palacio donada por Alfonso VII a la Orden de Santiago. Hospital del Santo Sepulcro.

♠ Navarrete. Con hospitales para peregrinos.

♠ Atapuerca, donada a la Orden por Alfonso VII.

♠ Itero del Castillo. Su monasterio pasó a la Orden y siguió denominándose Puente de Fitero.

♠ León, iglesia de Santa Ana. En el siglo XII pertenecía al Santo Sepulcro. En 1112 pasó a San Juan para sepultura de peregrinos, por mandato de doña Urraca.

♠ Hospital de Órbigo. Encomienda de la Orden. La iglesia de San Juan, en la portada ostenta la cruz de la orden.

♠ Puerto de El Manzanal (entre Astorga y Bembribe) del siglo XII. Documentada como iglesia de la Orden.

♠ Biduedo (bosque de abedules). Ermita de la Orden (al oeste del Cebreiro).

♠ Sarria. Priorato de la Militar y Soberana Orden de San Juan de Jerusalén.

♠ Portomarín. Encomienda de la Orden. Iglesia de San Nicolás.

♠ Gonzar, la iglesia era del patronato de la Encomienda de Portomarín.

♠ Santiago de Compostela, hospital.


Las encomiendas de la Orden de San Juan estaban bien distribuidas por todo el Camino Francés.

    • Navarra en Cizur Menor

    • Castilla en Burgos y Buradón

    • León en Hospital de Órbigo

    • Galicia en Portomarín

    • Asturias en San Juan de Villapañada

    • Priorato en Sarria.

La Orden del Temple en el Camino.

♠ Puente la Reina. A la salida de la villa estaba la Villa Vieja que el rey navarro García Ramírez cedió al Temple.

♠ Granja de Buradón. En los valles que conducen a Villamayor del Río o Quintanilla.

♠ Villalcázar de Sirga. Encomienda templaria. Ponz dice que en su tiempo era la tercera de la Orden en España. La iglesia de Santa María la Blanca, junto a la vía romana y a la calzada medieval hacia Carrión de los Condes, puede ocupar el primer lugar entre los edificios de los templarios.

♠ Carrión de los Condes. Contó con un hospital llamado de la Herradura.

♠ Terradillos de los Templarios. Únicamente conserva el nombre.

♠ Rabanal del Camino. Casa de los templarios a comienzos del siglo XII, junto a la iglesia románica del mismo siglo.

♠ En Galicia hubo siete encomiendas templarias.

♠ Ponferrada. Desde principios del siglo XIII hasta 1310. Ponferrada era la tercera encomienda templaria en el Camino, situada estratégicamente antes del ascenso al Cebreiro; las otras dos eran Villalcázar de Sirga y San Fiz do Ermo (Monterroso, Lugo).

La Orden de Santiago.

♠ Hospital de Villamartín, cerca de Carrión , fundado en 1196 por Tello Pérez, para entregarlo a la Orden como albergue de leprosos.

Hospital de Santa María de las Tiendas, entre Calzadilla de la Cueza y Ledigos, conocido en las guía e itinerarios francesas como el convento o abadía del Gran Cavalier. [Las pocas ruinas que quedaban en pie fueron definitivamente derribadas en 2006]

♠ San Marcos de León. Casa primada de los Caballeros de Santiago. En tiempos de Fernando II se hizo entrega de la hospedería de peregrinos a un caballero leonés santiaguista, don Suero Rodríguez (1176). Tenía iglesia, hospital y refugio de peregrinos, de los que apenas quedan vestigios. Lo que hay hoy es obra maestra santiaguista del Renacimiento (s.XVI), mandada edificar por los Reyes Católicos y por Carlos V.

♠ Monasterio de Vilar de Donas. De la Orden desde 1184. Fue considerada Casa Capitular y lugar de sepultura general de los Caballeros de Galicia. Sólo nos queda la iglesia románica, una de las más bellas de la comarca lucena. Cabeza de la Orden de Santiago de la Espada desde Fernando II de León.

Notas extraídas del artículo La Huella guerrera en el Camino.

El apóstol Santiago y las órdenes de caballeros, de Francisco Castrillo Mazeres.


jueves, 1 de agosto de 2019

LAS ÓRDENES MILITARES. ASCESIS MONÁSTICA Y ESPÍRITU GUERRERO.




¿Proyección en la cristiandad del ideal de guerra santa del Islam? ¿Transformación de cofradías encargadas de proteger a los peregrinos. En cualquier caso, las órdenes militares constituirán la fuerza militar más estable con la que cuenten los estados latinos de Tierra Santa y la punta de lanza de operaciones militares contra los infieles en otros ámbitos geográficos.

El hospital de San Juan de Jerusalén, matriz de los hospitalarios, fue restaurado por el monje Gerardo, en 1099. En los años inmediatos, sobre todo desde el maestrazgo de Raiumundo de Puy, la institución admitirá en su seno a caballeros. Se dará así un carácter militar más acentuado, aunque los términos bajo los que se constituya su estructura orgánica (capítulo general, comendadores, prioratos . . . ) sigan recordando los de una orden monástica.

El Temple, la más famosa de las órdenes, surgió en torno a Hugo de Payens, en 1118. Diez años más tarde se fija la regla de la orden bajo la inspiración de San Bernardo. El santo de Claraval será su gran propagandista en su De laude novae militiae, de donde, entre otras cosas, se dice que “es caballero sin miedo y sin reproche quien protege su alma con la armadura de la fe, igual que cubre su cuerpo con la cota de mallas”.

El cúmulo de privilegios que la orden fue reuniendo en los años siguientes y una organización dotada de una gran autonomía, tanto en lo temporal como en lo espiritual, harían de los templarios una auténtica potencia paralela a los distintos poderes del momento. Los propios estados de Tierra Santa, cuya defensa constituía el principal objetivo de la institución no se vieron libres de este peligro. La pérdida de Jesuralén, a fines del siglo XII, y un reclutamiento a veces dudoso fueron en detrimento de un Temple que, a la larga, fue más una gigantesca organización financiera que otra cosa.

Al margen de la supranacionalidad de hospitalarios y templarios, habrían de desarrollarse otras órdenes militares. En las marcas orientales del Sacro Imperio, las de los Portaespadas y la de Santa María de los Teutones, fundidas en la Orden de los Caballeros Teutónicos. Ellos harán de algunas regiones del Báltico un auténtico estado teocrático impulsado, desde 1220, por Herman von Salza. En la Península Ibérica, a las coyunturales cofradías militares suceden, desde mediados del XII, órdenes militares en toda regla: Santiago, Calatrava y Alcántara que, desde fecha temprana, se disponen a competir con templarios y hospitalarios ya asentados en territorio hispánico.
Emilio Mitre.
Historia de la Edad Media en Occidente.


miércoles, 19 de junio de 2019

CASTILLO DE PEÑARROYA.




Pasadas las batallas campales, llegaron, para quedarse, las órdenes militares a las tierras de La Mancha. Para defender los campos y a su gente, los freires y maestres levantaron fortalezas de pidera, que acabaron convertidas en núcleos para vertebrar el territorio. Estamos en la Edad Media, el concepto de estado es mero anacronismo, y cada uno se lo debe guisar, si pretender comer. Entre esos castillos construídos en la inabarcable llanura manchega se cuenta el Castillo de Peñarroya, emplazado en el término municipal de Argamasilla de Alba, la localidad manchega cuyo nombre fue olvidado por el genial manco de Lepanto.


La fortaleza, edificada por los caballeros de la Orden de San Juan de Jesualen (los populares hospitalarios), vigila desde tiempos inciertos la entrada al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, donde la literatura se funde con la Naturaleza. Tradicionalmente se pensaba que el castillo tenía origen musulmán, si bien hoy día se tiene la certeza de que estamos ante una fortaleza cristiana.


La principal función para la que fue levantado el castillo era militar y de control del territorio (como todas las fortificaciones medievales). Las fronteras se alejan de La Mancha, las guerras cesan y el edificio cambia su cometido. A partir del siglo XIV su función pasó a ser eminentemente económica, constituyéndose en una de las principales fuentes de ingresos para la citada orden: arrendamiento de pastos, cobro de impuestos, protección de pobladores, almacén y caja fuerte de la Orden .


Entrada en recodo que facilita la defensa del acceso principal al recinto amurallado.


En el interior del recinto amurallado se ubica la ermita – santuario de Santa María de Peñarroya. La cúpula que cubre el altar adopta la sugerente (e inquietante) forma de una concha, trasunto de la vulva femenina. María, Astarté, Isis, Inanna y la Pachamama. También Jacobo y su milenario Camino de las Estrellas. Siempre la vénera, la concha, el inequívoco símbolo de la femineidad. ¿Acaso existió aquí un santuario prerromano y preindoeuropeo, precristiano y pagano, en que se rendía culto a la Gran Madre?. María Gimbutas me daría la razón en esta hipótesis.




Antes de la construcción de este santuario la Virgen recibía veneración en una pequeña ermita, la Ermita del Despeñadero, adosada a la muralla del castillo, en el espacio que fue el patio de armas.




La salvia y el esparto crecen (afortunadamente sin control) en las pedregosas orillas del embalse.


Este lugar hará las delicias de los ornitólogos (aficionados y profesionales). Yo que no llegó ni a amateur identifiqué el pinzón vulgar, la paloma torcaz, un gorrión, urracas, un jilguero, varios cormoranes y un par de perdices que correteaban por ahí.


Una leyenda, oída y leída mil veces, en otros tantos rincones de la geografía ibérica, vincula la conquista de la plaza con el hallazgo de la imagen de una Virgen. En 1198 fue tomado el castillo de Peñarroya por el capitán Alonso Pérez de Sanabria y cuando se disponía a ejecutar al alcaide de la fortaleza, hizo promesa de descubrir un tesoro si le era perdonada la vida. Aceptada la propuesta, el guardia derrotado señaló el lugar donde se encontró la imagen de Nuestra Señora de Peñarroya. De la rendición del castillo se creo la Hermandad o Cofradía de Alabarderos, a invocación de la Señora de Peñarroya.


Para enredar más la cosa existe una segunda versión, según la cual, la Virgen fue hallada (por casualidad) en la barbacana del castillo por un partorcillo natural de La Solana, cercana localidad. Este es el verdadero motivo por el que La Solana y Argamasilla comparten el patronazgo de esta Virgen. Vecinos de una y otra localidad protagonizan al cabo del año varias jornadas de romería. Hasta el último domingo de Abril, la Virgen permanece en el Castillo, hasta que llegan los romeros de Argamasilla, y la trasladan hasta su Parroquia. La imagen es venerada en Argamasilla hasta septiembre, fecha en que Argamasilla lleva la virgen al castillo para entregarla a La Solana. Nuestra Señora viaja a La Solana, y tras ser venerada durante los festejos patronales, es devuelta a su trono habitual en San Antón.


Ambas cofradías representando a sus pueblos, quieren rendir devoción a la Santísima Virgen y homenaje perpetuo a los Conquistadores de este Castillo y a las Órdenes Militares de San Juan de Jerusalén y a Santiago que tanto lucharon por estos lugares y España entera, para conseguir el triunfo de la Santa Cruz.


Del agua surge la vida. El agua esculpe el paisaje y lo llena de vida, una vida ruidosa y colorida. Ni la roca, ni la montaña pueden derrotarla. La paciencia del líquido elemento obra el milagro.



El castillo es centinela de un entorno embaucador, lejos del molesto ruido de la civilización.




miércoles, 15 de mayo de 2019

ÓRDENES MILITARES EN LA MANCHA.




San Juan, Santiago y Calatrava son las tres órdenes militares que se ocuparon de repoblar, defender y desarrollar las tierras de la Mancha durante la Plena Edad Media. Tras la conquista de Toledo (1085) la Mancha se convierte, primero en campo de batalla, y posteriormente en Tierra de Frontera. Una tierra complicada y expuesta siempre a los avatares bélicos, y es en ese contexto donde hacen su aparición en esta vasta región las órdenes militares.


La Orden del Temple y la de San Juan son de las primeras en ser fundadas (en Tierra Santa durante las Cruzadas) y también en instalarse y expandirse por la Península Ibérica. El Temple no fue capaz de mantener su posición y abandonó prontamente sus posesiones en la Mancha. La Orden de Santiago y la de Calatrava son las otras dos órdenes que se aposentaron en tierras manchegas.


Las tres órdenes asentadas en suelo manchego en un primer momento se dedicaron a fijar los límites de sus respectivos territorios. A tal fin construyeron una serie de fortalezas: Peñarroya (San Juan), Tocón (Santiago) y Manzanares (Calatrava), y procedieron a firmar una serie de concordias en las que establecen de manera definitiva la frontera entre ellas. Una vez alcanzado estre pimer objetivo, los caballeros de las órdenes (guiados por sus maestres) van a centrar sus esfuerzos en repoblar y gestionar los recursos de sus dominios. Para ello se constituyen nuevas fortalezas y encomiendas, alrededor de las cuales se van a desarrollar destacados núcleos de población como La Solana, Daimiel o Villarrubia de los Ojos.  

La Orden de Calatrava en el Campo de Calatrava, la Orden de San Juan en el Campo de San Juan con sedes en Consuegra y en Alcázar de San Juan y la Orden de Santiago cuya sede se encontraba en Uclés, y cuyos dominios se extendían por la Mancha Alta y el Campo de Montiel, tierras quijotescas.


Después de la toma de Calatrava la Vieja (Carrión de Calatrava) en 1147, el rey Alfonso VII encarga la defensa de esta plaza fuerte a los caballeros templarios, que poco tiempo después deciden su abandono. De vuelta a la corona Sancho III, el nuevo rey de Castilla, las cede al abad del monasterio de Santa María de Fitero, que decide fundar la Orden de Calatrava (1158) que impregnará la historia y la personalidad de la comarca. Tras la victoria en las Navas de Tolosa la Orden de Calatrava funda el Sacro Convento y el castillo de Calatrava la Nueva (Aldea del Rey) que se convierte en sede y capital de la orden.


El peso de las órdenes militares en esta región fue enorme en los siglos medievales y por eso hay lugares donde la piedra cuenta aún la azarosa historia de sus maestres y caballeros. El viajero la escuchará y el lector podrá hacerlo con él, desde Alcázar de San Juan a las maltrechas piedras de Calatrava la Vieja y las ruinas del sacro convento y castillo de Calatrava; de Villanueva de los Infantes, feudo de la Orden de Santiago y tumba de don Francisco de Quevedo, a Uclés, el Escorial manchego, donde dieron sepultura a Jorge Manrique, que en un metáfora eterna equiparó el tiempo a un río que fluye: Nuestra vida son los ríos/ que van a dar a la mar/ que es el morir.
Fernando García de Cortázar.

Viaje al corazón de España.

viernes, 23 de marzo de 2018

VILLAREJO DE SALVANÉS.



La torre del antiguo – y derruido – castillo de Villarejo de Salvanés es una de los Centinelas de Piedra que aún continúan en pie en la Comunidad de Madrid. El castillo en cuestión se levantó entre los siglos XIV y XVI por la Orden de Santiago para defender (y tener presencia física) en esta encomienda.



La Torre del Homenaje, único vestigio de la fortaleza que se ha mantenido en pie, fue la residencia del comendador de la Orden de Santiago que estaba al frente de la citada encomienda. 


domingo, 24 de septiembre de 2017

LLERENA.



En la campiña meridional extremeña, en la vía que comunica Córdoba con Zafra se ubica Llerena, que se yergue con la localidad más importante de la comarca.

Zurbarán, hijo predilecto de la ciudad. 
Entre los ilustres e históricos visitantes, se encuentra Isabel la Católica y su esposo Fernando, que pasó varias veces por aquí, hospedándose en la casa de Alonso de Cárdenas, maestre de la prestigiosa Orden de Santiago.


Una virgen negra, Virgen de la Granada, preside el altar mayor de la iglesia más destacada de la localidad: Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Granada. 




sábado, 26 de marzo de 2016

VILLAGARCÍA DE LA TORRE.



El castillo de Villagarcía de la Torre controla la ruta que une Zafra con Llerena y Córdoba. Lugar de asentamiento de romanos y árabes, hacia 1380 era señor de la villa, García Fernández de Villagarcía, maestre de la Orden de Santiago y partidario de los reyes Trastámara Enrique II y Juan I.

viernes, 19 de febrero de 2016

DE GANADOS Y ÓRDENES MILITARES EN EXTREMADURA.



Los verracos de granito que aparecen en Extremadura, al igual que en otras regiones meseteñas al sur del Duero, desempeñan el papel de iconos imperecederos de una actividad milenaria: la ganadería. El mundo moderno y globalizado nos ha vuelto amnésicos, y hemos olvidado nuestro pasado. Un tiempo en que luchábamos codo con codo con la tierra para conseguir nuestro sustento diario.

Enormes rebaños recorriendo las cañadas extremeñas, millares de pezuñas levantan una gigantesca nube de polvo y arena, conducidos por esforzados pastores hijos de una estirpe de rudos caminantes, como los describiera Antonio Machado allá por el '98.

Históricamente la ganadería es una actividad económica que se adapta, más bien que mal, a la situación de inestabilidad y constante amenaza en la que se vivía en los territorios de frontera entre moros y cristianos durante la Edad Media (tan lejana como desconocida).

Los ganaderos de las mestas fueron secularmente sustituyendo a los primitivos pastores vettones (artífices de los toscos verracos de piedra) y aunque los tiempos fueron auspiciando algunos cambios, en esencia la dureza de la vida pastorial apenas había sufrido modificaciones: el sol, el frío, el polvo y la ventisca continuaban siendo los inseparables compañeros de fatiga.

Las órdenes militares asentadas en la región extremeña, el Temple, los santiaguistas que nacen al amparo de la defensa de la ciudad de Badajoz y la autóctona Orden de Alcántara, basaban parte de su riqueza económica en las cabañas ganaderas. Precisamente entre las posesiones físicas de las encomiendas templarias estudiadas ocupan un lugar destacado las dehesas destinadas (prácticamente) en su totalidad al albergue de ganados trashumantes. Para que esta actividad resulte posible y rentable era necesario defender los pastos y vigilar los caminos (cañadas y cordeles) y de ello se encagarían los freires y la milicia templaria. Si hacemos caso de las noticias sobre el elevado tránsito de ganado por estas tierras y el conocimiento de las rentas recibidas, es posible afirmar que la ganadería trashumante se convierte en el principal activo económico para la Orden del Temple en Extremadura, en especial en las tierras de la Baja Extremadura. Los numerosos castillos y torreones que salpican la geografia extremeña pudieron estar vinculados a la vigilancia y defensa de pastos, cañadas y rebaños.


miércoles, 13 de enero de 2016

VILLA DE FERIA.



Azotado por el viento, el castillo que lleva siglos oteando el horizonte, se eleva por encima de la villa que reposa a sus pies. A pocos kilómetros de Zafra, la Villa de Feria, en la espléndida Tierra de Barros,  fue sede de una poderosa dinastía, señores de estas tierras; los condes y duques de Feria. Lo que hoy es castillo fue un poblado del Calcolítico, un castro celta y un fuerte romano, aprovechado por los árabes para defender la Taifa de Toledo. Tras la conquista cristiana, Alfonso X reparte las tierras de Badajoz entre las órdenes militares. Feria fue a parar a manos de la Orden de Santiago. En 1394 Enrique III, rey de Castilla conocido como “el Doliente”, cedió esta villa al Maestre de la Orden de Santiago Lorenzo Suárez de Figueroa (como recompensa por defender los intereses de Castilla frente a Portugal), que la transfirió a su hijo Gómez Suárez de Figueroa, naciendo de esta manera el Señorío de Feria. En 1460 Enrique IV otrogó a los Suárez de Figueroa el título de Condes de Feria, y más tarde Felipe II transformó el Condado en Ducado.  

martes, 12 de enero de 2016

GÓMEZ SUÁREZ DE FIGUEROA, PRIMER SEÑOR DE FERIA.



Prohombre castellano de gran influencia en la Baja Extremadura, hijo del maestre de Santiago Lorenzo Suárez de Figueroa. Gómez Suárez fue mayordomo mayor de la reina Catalina de Lancaster, esposa del rey Enrique III, yerno del almirante Diego Hurtado de Mendoza, miembro del Consejo Real de Juan II, capitán general de la frontera de Andalucía y Primer Señor de Feria. El señorío fue concedido a su padre por el rey Enrique III. 


Tras las muerte del maestre, Gómez I consolidará el Señorío de Feria, siendo la construcción de las murallas de Zafra una de sus obras civiles más destacadas. La ciudad en cuestión necesitaba de esas fortificaciones, pues al enclavarse en un llanura, carecía de defensas naturales. A lo largo de su vida siempre se mantuvo fiel a Castilla y murió combatiendo mientras luchaba a favor del rey Juan II. Fue enterrado en el Convento de Santa Clara en Zafra, erigido por él mismo para convertirlo en el panteón familiar de los Suárez de Figueroa.  

EL CASTILLO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN SEGURA DE LEÓN.



Los caballeros de Santiago arrebataron la comarca extremeña de Tentudía al Islam. Para controlar los territorios recién adquiridos y defender unas fronteras intestables y fluctuantes, los maestres de la orden proyectaron la construcción de una serie de fortalezas y castillos. Muchas veces los rivales surgían de las mismas entrañas del cristianismo. Tal fue el caso de los templarios, que también controlaron algunos enclaves extremeños.


El castillo de Segura de León fue enteramente construido, y posteriormente ampliado por la Orden de Santiago entre los siglos XIII y XIV, de forma que se adaptase perfectamente al terreno rocoso sobre el que se asienta. Desde su origen, el castillo se convirtió en la residencia del comendador de la orden en la provincia de León.


Visible desde varios kilómetros de distancia, las calles y casas del pueblo se arremolinan alrededor de él, buscando la protección de torres y murallas. Las torres de la fachada se llaman de los Alcaldes y de Miramontes, y el maestro cantero Hernando Contreras fue el encargado de levantar la poderosa torre del homenaje en 1515. Cuentan además, que este castillo es el mejor conservado de cuantos edificó la Orden de Santiago en Extremadura. A este respecto no puedo opinar, pues no tuve ocasión de visitar su interior.


La mayoría de estos edificios, alejados de los grandes centros urbanos, ruinosos en gran medida, son escenario de sus propias leyendas (que en el fondo no dejan de ser versiones de un acervo mítico común) y el castillo de Segura de León no es una excepción. 


Una antigua leyenda recuerda el drama de una princesa morisca que, desde tiempo inmemorial está aprisionada a los muros de este castillo por un extraño sortilegio. La única forma de romper el encantamiento es contar todas las estrellas del cielo antes que la noche toque a su fin. En vano intenta la atormentada dama contar las estrellas cada noche, pues el amanecer siempre la sorprende antes que pueda culminar con éxito la tarea. También existen cuitas y habladurías sobre un túnel secreto que comunica el castillo con el exterior y un tesoro oculto en algún rincón del recinto. La periodista Israel Espino relata estas y otras leyendas en el blog Extremadura Secreta, y en su libro “50 lugares mágicos de Extremadura”.


domingo, 10 de enero de 2016

SEGURA DE LEÓN, UNA VILLA SANTIAGUISTA EN LA COMARCA DE TENTUDÍA.



Al sur de Extremadura se extiende la comarca de Tentudía, cuyos límites meridionales se confunden con Andalucía. Una tierra que los caballeros de la Orden de Santiago conquistaron a los musulmanes y que está salpicada, acá y allá, por pequeños pueblos de larga trayectoria histórica, como es el caso de Segura de León.


Segura de León, enmarcada dentro de un itinerario turístico propuesto por la Junta de Extremadura, “La ruta de las órdenes de Santiago y del Temple”, nace como tal en el año de 1274, cuando el maestre de la Orden de Santiago, Pelayo Pérez Correa, concede fuero de población. A partir de este momento se convirtió en sede de los comendadores de la Orden.


La fuente de Santa María, a la entrada del pueblo, lleva varias centurias suministrando agua a los habitantes de Segura.


La iglesia de la Asunción, sufragada por el concejo y por la propia Orden de Santiago, y que según la inscripción fue terminada en 1299 es el templo más destacado del pequeño pueblo extremeño.



Durante las primeras décadas de la Edad Moderna, Segura de León prestó algunos de sus vecinos a la empresa de la conquista y colonización de América, tal como hicieron muchas villas extremeñas.


El elemento más destacado, omnipresente desde cualquier rincón de la población, es el Castillo de la Orden de Santiago, en torno al cual fue desarrollándose el núcleo residencial. El pueblo se dispone alrededor de la fortaleza, las viviendas arrancan de los mismos muros de la fortificación.




sábado, 7 de noviembre de 2015

ALARCÓN, LA INCONQUISTABLE.



En un enorme espolón rocoso, rodeado por un foso natural inundado por el Júcar, se erige la villa medieval de Alarcón, sobre la antigua alcazaba, altiva la Torre del Homenaje, se enseñorea en estas tierras y defiende la ciudad. El castillo era una antigua alcazaba musulmana y don Juan Manuel y los Villena le otorgaron el aspecto actual. 


Además de ser uno de los pueblos más bonitos de la geografía ibérica, Alarcón dispone de un espectacular entramado defensivo medieval formado por castillo, torres, ríos, roquedales...


La pequeña localidad conquense está protegida por una poderosa fortificación que le otorgó a lo largo de los siglos la condición de "Inconquistable". La fortaleza está formada por una recinto amurallado que la rodea y protege el núcleo de población y el castillo, y cinco torres exteriores, exentas o aisladas, dispuestas estratégicamente alrededor de la Inconquistable.


La puerta de la villa.


La Plaza del Pueblo de estilo renacentista – plaza del Infante don Juan Manuel - , donde el frío quiebra la piedra, está presidida por dos importantes edificios, la inmensa iglesia de San Juan Bautista del siglo XVI (desacralizada) y el Palacio del Concejo (ayuntamiento).


Iglesia de San Juan Bautista.



En la parte baja de la Plaza de Santo Domingo, se enclava una iglesia románica semiderruida, la de Santo Domingo de Silos, construida en el siglo XII, pero con influencias del gótico.


  

El escudo de la villa muestra un castillo, una estrella (¿el Sol?) y la media luna, recuerdo de su pasado musulmán.  


La toponimia de Alarcón es un auténtico misterio, de esos que nunca dejarán de espolear la imaginación. Una tradición, quien sabe si con base cierta, sostiene que la villa fue fundada por un hijo u otro pariente del rey visigodo Alarico, y de este personaje derivaría su nombre. Algunos estudiosos piensan que el nombre deriva del árabe Al-Arkón (la fortaleza). Y eso sí que es cierto, Alarcón es una inexpugnable fortaleza. 


Como buena parte de los castillos ibéricos, el de Alarcón tiene un origen árabe. En principio dependía del Califato de Córdoba, y tras la disolución de este, quedó subordinada a la poderosa Taifa de Toledo.


En el siglo XII - 1184 - en el contexto de las luchas entre moros y cristianos, el capitán de los ejércitos de Alfonso VIII, Fernán Martínez de Ceballos, cercó la ciudad y mantuvo el asedio nueve meses, consiguiendo su rendición el día de San Andrés. La decisiva batalla de las Navas de Tolosa (1212) estaba cerca y se iban preparando las plataformas de lanzamiento necesarias para quebrar las puertas de entrada a Andalucía.


A partir de este momento los sucesivos reyes castellanos engrandecieron y reforzaron, aún más, la fortaleza de Alarcón. Incluso en 1186 se le concedió un fuero propio y se le otorgó el señorío de amplios territorios circundantes. Todo este feudo se le concedió a la Orden Militar de Santiago por voluntad del rey Alfonso VIII. De esta manera, en 1212, el concejo de Alarcón suma sus tropas a los ejércitos cristianos que combatieron victoriosamente en las Navas de Tolosa. 


El Infante don Juan Manuel recibió de Fernando IV el señorío de Alarcón, incluyendo el castillo. En el retiro de estas tranquilas y silenciosas tierras, su pluma escribió algunas de sus obras literarias.


En el siglo XV, el castillo y la ciudad pasan a manos de Juan Pacheco, poderoso noble castellano y marqués de Villena. Este marquesado en la persona de Juan y de su hijo Diego López Pachecho, tomó partido por Juana la Beltraneja en el duelo fratricida con su tía Isabel. A pesar de formar parte del bando perdedor logró mantener algunos castillos y posesiones. 


Concluida la Edad Media y sus guerras, el castillo perdió su función cayendo en el desuso y abandono quedando en un estado ruinoso. En la actualidad es una visita exquisita que sirve para sumergirnos en otra época y escapar, de paso, del ruido cotidiano que nos rodea en el mundo urbanizado. 


El castillo de Alarcón es hogar de leyendas medievales que nacieron en la voz del pueblo, y que el periodista Felipe Alonso escribe y recoge en un pequeño libro que lleva por título "Leyendas de Paradores".

“–NO SOIS VOS QUIEN SE DEBA DESPOSAR CON MI HERMANA —dijo el señor del castillo al último pretendiente que había llegado hasta Alarcón a pedir la mano de la doncella casadera que allí habitaba. —Le puedo ofrecer mis tierras y una alianza de vecindad que vos no podéis desechar —respondió el joven sin inmutarse ante la negativa del castellano. —Os lo repetiré por última vez. Mi hermana no va a caer bajo vuestras manos para que dilapidéis su dote y la hagáis desdichada como ya lo habéis logrado con otras doncellas de la comarca. Sabed que sé quién sois y lo que pretendéis, así como la fama que os precede. Marchaos en buena hora por donde habéis venido y que sea la última vez que vuelvo a recibir una visita vuestra con tal petición —añadió el dueño del señorío de Alarcón llamando a sus criados para que arrojasen más allá del puente levadizo al visitante. Este abandonó el lugar meditando como podía vengar la ofensa y hacerse con la joven y, sobre todo, con su dote, dado que por sus correrías había dilapidado la herencia que su padre le había dejado. Numerosas ideas de venganza bullían por su cabeza, y una vez de regreso a casa concibió con sus criados un plan destinado a matar al castellano y llevar hasta el final sus planes. Para ello solicitó una nueva entrevista para ‘disculparse’ e intentar por segunda vez convencer al señor de Alarcón de ser un buen candidato, y aprovechando el encuentro asesinarlo. Pero no contaba con que éste era muy querido en la comarca y que sus planes habían sido descubiertos. No obstante, el castellano, incrédulo ante lo que le habían anunciado, accedió a un nuevo encuentro, no sin antes hacer que varios de sus criados se escondiesen en el salón donde iba a recibir al joven. Y así se hizo. El terrateniente se postró ante el señor de Alarcón implorando su perdón por haberse comportado de una forma impertinente en su anterior visita, y cuando el castellano se acercó a él para levantarle del suelo, enarboló una daga que llevaba escondida e intentó con ella herirlo. Los criados acudieron prestos a defender a su amo, y de resultas de la pelea que se originó, el agresor cayó con el cuerpo atravesado por una espada. Su cadáver fue arrojado a un hueco de la muralla del castillo que estaba siendo reconstruida y junto a la argamasa acabó formando parte de la barbacana, manchando con su sangre alguno de los pilares del muro. Manchas que aún hoy en día cuenta la leyenda que pueden verse en esas paredes, recordando, siglos después, su traición”. 


Otra leyenda que se identifica con esta construcción que hoy conforma el Parador del Marqués de Villena tiene que ver con el asalto que realizaron al mismo las tropas cristianas tras la toma de Cuenca en 1177 contra los árabes que lo ocupaban. “Las tropas enviadas a la conquista por parte de Alfonso VIII, lo intentaron por espacio de tres años sin resultados positivos, hasta que un caballero extremeño, Hernán Martín Cevallos, escaló uno de los muros valiéndose de dos puñales, encabezando a un grupo de soldados, liberando en la refriega a varios cautivos. Una de las prisioneras, Elvira Ruiz, arrojó las llaves de la fortaleza al otro lado del muro, consiguiendo entrar en tropel todos los asaltantes. Un grupo de los musulmanes que se encontraban dentro de la fortaleza pudieron salir de ella y resistir en el llamado Pico de los Hidalgos, combatiendo valientemente a los cristianos, hasta que estos les derrotaron y pasaron a cuchillo”.


Alarcón, la Inconquistable, el castillo, la hoz que forma el río, las murallas circundantes, las puertas fortificadas y las torres, ofrecen al enclave una aspecto de invulnerabilidad


La Torre del Homenaje del Castillo de Alarcón, convertido en Parador Nacional, e imposibilitando con ello su visita. 



La Iglesia de Santa María, construida en estilo plateresco allá por los comienzos del Renacimiento, desempeña en la actualidad las funciones de Parroquia.


Callejón del arco.


La Torre del Campo (o de armas), en primer término.



Una torre albarrana que cierra el acceso a las murallas de la ciudad. Era el primer punto defensivo que encontraban los ejércitos invasores. 



Torre del Cañavate, domina un lienzo de muralla, controla uno de los caminos que lleva a la ciudad, y corta el acceso a la península de los Alarconcillos. Se trata de una torre albarrana de planta pentagonal con espolón construida en el siglo XIV. 


La misma torre, y el lienzo de muralla,  desde otra perspectiva. 


La naturaleza aliada con el hombre para construir una fortaleza impenetrable.


La singular torre de los Alarconcillos, defiende la península del mismo nombre, frente a la villa de Alarcón. Su construcción fue llevada a cabo por don Juan Manuel.  




Destacada en medio de una minúscula península, la Torre de los Alarconcillos es semejante a un pequeño castillo.


Puente del Senchidero, hasta aquí llegan comerciantes venidos de toda Iberia. Un tránsito entre dos mundos, el urbano y el de los senderos, separa la fatiga del camino de la recompensa en el mercado local, pero cruzar el puente, tiene un precio, después de las penalidades sufridas para llegar hasta aquí, ¿cómo no pagarlo? .


La muralla serpentea, se adapta perfectamente al terreno, al roquedal y al río. Se adecua a la topografía, a la pendiente, sube, baja, vuelve a subir y cierra con eficacia los accesos al núcleo urbano. 


Mercaderes, leñadores y pastores transitan por estos caminos. Las acémilas cargas de lujosas telas, enormes troncos arrastrados por el Júcar, ovejas, a cientos, pisoteando la cañada. El señor de la villa quiera una parte de toda esta riqueza. Protege y vigila desde su atalaya y procura que todo funcione correctamente. 


Ejércitos enemigos estampados contra las murallas, rechazados desde las almenas, se retiran derrotados, rendidos por no poder idear la manera de entrar. 


...caminante que vas, buscando la paz, en el crepúsculo...


Páramos inhóspitos y yermos, capaces de sobrecoger el alma humana. 


...charlatanes, buhoneros, mercachifles, prestidigitadores, hechiceros, vagabundos, pordioseros, frailes, mercenarios, giróvagos . . . . han pasado durante siglos por esta puerta....


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