En medio de la planicie, rodeado por un inmenso mar de pinos, se alza majestuoso el castillo mudéjar de Coca, orgullo de sus señores, y deleite de los visitantes que se dejan caer por estas tierras.
La antigua Cauca vaccea, la cuna del emperador Teodosio y sede del impresionante castillo de los Fonseca.
La historia de Coca es dilatada y se prolonga a lo largo de tres milenios a partir de la Edad del Hierro. La población está enclavada en la Comarca Tierra de Pinares en la provincia de Segovia.
Existe una cauca vaccea, romana y visigoda, y ya en el Medievo se constituyó en cabecera de la Comunidad de Villa y Tierra y agrupaba a un total de diecisiete aldeas.
Su época de esplendor coincidió en el tiempo con el reinado de los Reyes Católicos y los comienzos de la Edad Moderna, de esta época datan sus dos monumentos más representativos, el castillo y la iglesia de Santa María la Mayor.
La iglesia mayor de Coca es el panteón funerario de la familia Fonseca.
La torre románica de San Nicolás, románica, del siglo XIII, formó parte de la iglesia más antigua de Coca.
Un verraco en la muralla del adarve del castillo es un recuerdo del origen vacceo del asentamiento.
La villa de Coca había pertenecido a la corona de Castilla hasta que en el siglo XIV pasa al Reino de Navarra como dote de arras de distintas reinas y princesas. Esto fue así hasta 1439, que pasó a manos de Don Íñigo López de Mendoza, el célebre Marqués de Santillana.
Más tarde Coca y Alejo son intercambiados por el condado de Saldaña, propiedad de los Fonseca. De esta forma los Fonseca se convierten en los señores de Coca, y levantan el castillo y la iglesia de Santa María, convertida en panteón funerario.
Algunos lienzos de muralla, una puerta medieval, tres verracos de piedra de la Edad de Hierro, un castillo de transición hacia el baluarte y unos sobrios sepulcros renacentistas, conforman el patrimonio material de Coca, la antigua Cauca.
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