Tres castillos, o mejor
dicho, tres castros, cuya función en las Edades del Bronce y el
Hierro, se puede asimilar a la de los Castillos durante la Edad
Media. Enclavada en el Valle del río Oribio (Val do Oribio) es otro
de esos pueblos preciosos y maravillosos que te encuentras el Camino.
Un lugar que desaparece mañana por la mañana cuando sigues el
camino.
Triacastela era el final
del XI etapa según el Códice Calixtino. El rey Alfonso IX puso todo
su empeño en crear aquí un importante y desarrollado burgo. Quizás
su objetivo era contrarrestar la influencia del monasterio de Samos y
de los monjes del Monte Cebreiro. Pero fue un fracaso y quedó en una
simple aldea en el camino.
Los tres castillos
(Tria-castella) que lucen torres en la portada de la iglesia de
Santiago, fortaleza varonil y símbolo de lo masculino, comparte
espacio con la concha femenina. Aquí nada queda nunca al azar.
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