Los dioses griegos tienen forma humana. La esencia humana, las características psicológicas de las personas son explicadas por medio de los mitos protagonizados por los dioses del Olimpo y los héroes terrenales. El dios griego repite eternamente el atávico comportamiento humano, capaz de conmover por su bondad y de repugnar por su maldad.
El arte griego es proporción, la belleza humana es sinónimo de perfección, mas los dioses, imitando tal vez a hombres y mujeres, son un auténtico cúmulo de vicios e imperfecciones.
Perfección y perversión, heroísmo y tragedia, sensibilidad e inteligencia, humanidad y divinidad se entrelazan indisolublemente en la escultura griega.
"Este sentido del verdadero carácter plástico, de la unión de lo humano y lo divino, fue principal característica de Grecia. Ya se la considere en sus poetas y oradores, ya se la estudie en sus historiadores y filósofos, no se aprende todavía en su punto central, sino se aporta para ello, cima clave de la explicación, el punto de vista de la escultura". (Hegel)
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