Los edificios antiguos otorgan empaque y personalidad a las ciudades. Aunque la mayoría de las veces poca queda de la construcción original, al menos la ubicación suele ser la elegida para su edificación. La ciudad de Zurich conserva muchos de estos edificios, especialmente viviendas y antiguas sedes gremiales. La Hauz zum Loch, algo así como la Casa del Agujero, situada muy cerca de la catedral fue la residencia de la familia de caballeros Wisso entre 1230 y 1250, y probablemente la vivienda que el duque de Zähringen tenía en la ciudad. Una leyenda cuenta que aquí estuvo situada la casa donde se hospedaba el emperador Carlomagno cuando pasaba por Zurich.
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