Su
portada románica, del siglo XII, es un precioso ejemplo del estilo
provenzal. Las esculturas y relieves que ornamentan la portada son
sencillamente sublimes. Pero la sorpresa salta cuando cruzamos la
puerta y nos hallamos en un templo de colosales dimensiones, que
llegó incluso, a ser Catedral.
En la Provenza
altomedieval, debido a la cercanía del peligro musulmán y al miedo
que estos inspiran se construye poco, y muchos de los templos
construidos se encuentran fortificados. Por otro lado, resultan muy
perceptibles los rasgos dejados por la intensa y prolongada
romanización de toda la región. Posiblemente la iglesia románica
más destacada de la zona sea la de San Trófimo en Arlés, cabecera
de uno de los caminos de peregrinación a Santiago.
En el barrio medieval de
la ciudad se levanta San Trófimo, que también fue conocida como
Catedral de Saint Etienne y fue edificada entre los siglos XII y XV.
La portada occidental es uno de los grandes tesoros de la escultura
románica, un auténtico evangelio en piedra, que representa el
Juicio Final. Siguiendo un esquema de arco de triunfo romano, en la
mandorla central aparece triunfante Cristo, junto a los símbolos de
los cuatro evangelistas y un coro celestial de ángeles que rodean
todo el conjunto. Bajo Cristo, en el friso, se disponen los doce
apósteles en postura sedente.
Capilla con las
reliquias veneradas en el templo, entre las que se encuentran San
Esteban (primer santo a quién se dedicó la iglesia), San Félix,
Santa Úrsula o San Sebastian.
Relicario de San Antonio Abad, monje egipcio del siglo IV fundador del movimiento eremítico.
Capilla de la Orden de
Caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario