El forzudo Sansón, uno
de los jueces de Israel, descoyunta con sus propias manos la
mandíbula de un fiero león hasta acabar con su vida.
"Sansón bajó a
Timná y, al llegar a las viñas de Timná, vio un leoncillo que
venía rugiendo a su encuentro. El espíritu de Yahvé le invadió, y
sin tener nada en la mano, Sansón despedazó al león como se
despedaza un cabrito; pero no contó ni a su padre ni a su madre lo
que había hecho".
Jueces, 14, 5.
La fuente, construida
durante el Renacimiento, en plena Reforma Religiosa, se convirtió en
un símbolo de Berna; los berneses esperaban vencer al león del Catolicismo.
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