Un espía les
advirtió que la guarnición había abandonado el castillo. Confiados
por su superioridad y por el factor sorpresa, soldados turcos avanzan
con sigilo en dirección a la fortaleza. Pero cuando ya avistaban su
objetivo una bandada de cuervos se lanzó con violencia sobre ellos,
provocando el caos y el miedo. Temerosos de Ala los turcos
emprendieron la retirada montaña abajo. Nuevamente los cuervos
habían salvado su fortaleza.
El entorno natural es una maravilla, el sendero que lleva hasta el castillo atraviesa un precioso bosque. Una excursión muy recomendable.
La
historia de Hollóko podemos remontarla hasta la Plena Edad Media, en
el siglo XIII, con la construcción de un castillo sobre el monte
Szár, un antiguo volcán. La primera mención de la fortaleza es de
1310, y su construcción se relaciona con las invasiones mongolas. La
fortaleza se edificó para proteger la zona de futuros ataques,
contruyéndose el pueblo original bajo las murallas del castillo.
En
esta época el territorio estaba controlado por el clan de los
Kacsics y en 1312 el castillo pasó a manos del nuevo monarca húngaro
Carlos Roberto. Diez años más tarde el soberano regaló la
ciudadela y el pueblo a Tamás Széchényi, un jefe militar que
había conseguido unificar distritos rurales y apartados. El mismo
Széchényi (o Máté Trencsenyi Csák) tomó la decisión de
construir una formidable fortificación, que según la leyenda, los
mismos cuervos se encargaban de proteger. Su familia gobernaba en
este terreno hasta la mitad del siglo XVI, cuando comenzó la
expansión del imperio otomano hacia el norte de Europa.
A partir de
1552 tanto el castillo como el pueblo fueron ocupados por los turcos
y con el tiempo la fortaleza fue abandonada, quedó recudida a ruinas
y cayó en un profundo olvido. Curiosamente mientras la Roca del
Cuervo iba muriendo el pueblo de Holloko iba floreciendo.
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