sábado, 6 de junio de 2020

UN CREPÚSCULO EN EL SALAR DE LOS CANOS. II.




Los días se van alargando, se aproxima el solsticio y el estío, y las aguas del Salar de los Canos aparecen cubiertas por una densa capa de algas. Muchas aves abandonaron Vera e iniciaron un movimiento migratorio hacia Europa Septentrional. Otras muchas pasarán aquí los meses de verano.




En pocos días ha proliferado tal cantidad de algas que han transformado radicalmente el aspecto del Salar de los Canos.


Emparentado con los zorzales, el mirlo común (Turdus mérula) muestra especial preferencia por los suelos protegidos por la vegetación. Otro de los habituales de nuestros campos y parques.


El Martinete Común (Nycticorax nicticorax) es conocido popularmente como Cuervo Nocturno.


Dos martinetes adultos y uno joven, cuya apariencia lo asemeja a la garcilla cangrejera.



En el entorno de este árbol suelen reunirse garzas, garcetas, garcillas y martinetes. La familia debe permanecer unida.


Las plumas largas de la nuca sirven para identificar a la Garceta Común (Egretta garzetta).



El Ibis o Morito (Plegadis falcinellus), ave sagrada en el antiguo Egipto, cruza con frecuencia el Mediterráneo en uno y otro sentido.


Maravillosa estampa la que nos regala la Naturaleza. Un soplo de aire fresco para una sociedad, la humana, que vive todo el día corriendo de acá para allá, sin pararse a disfrutar de la belleza que le rodea.


Un grupo de flamencos (Phoenicopterus roseus) se ha instalado en el Salar de los Canos desde hace varias semanas.



La espátula (Platalea leuocorodia) es una de las aves zancudas más fornidas. Su tamaño, especialmente en la lejanía cuando no se puede distinguir el característico pico, la hace fácilmente distinguible de garcetas y garzas grandes.



Por este camino los mamíferos nocturnos, especialmente jabalíes y zorros, alcanzan las aguas. Siempre aparece el sendero lleno de huellas, raíces levantadas y tierra removida.




Grácil y liviana cigüeñuela (Himantopus himantopus). Las orillas y las aguas más someras son su hábitat preferido.


Hace un mes había decenas de Gaviotas Reidoras (Chroicocephalus ridibundus), hoy aún quedan aquí algunas cuantas parejas.


Los jóvenes porrones comunes (Aythya ferina) han nacido aquí. El Salar de los Canos es un espacio que es necesario conservar.


Esta hembra de Ánade Real (Anas platyrhynchos) siempre frecuenta el mismo islote ubicado en una de las orillas del Salar.



El chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) es uno de los visitantes más simpáticos y dinámicos del salar.





La espátula, que lleva la menos un mes por aquí, nos regaló las últimas imágenes de la tarde. Como puede observarse en la fotografía este ejemplar se encuentra anillado.



La luna llena, reina de los cielos, nos despide hasta otro día.

Viernes 5 de Junio de 2020
Entre las 20.00 y las 22.00.


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