Sprinter,
campeón del mundo contrarreloj, maillot verde de la regularidad en
el Tour de Francia, vencedor de la Vuelta a España y más de cien
victorias de etapa y en clásicas. Laurent Jalabert no fue un súper
campeón (como Hinault, Merckx o Indurain) pero fue uno de los
ciclistas más regulares, fiables y completos de su tiempo. Nunca
perdió la ocasión de mejorar, y desde su comienzos como sprinter,
llegó a convertirse en todo un ganador en una gran vuelta.
Tras unos
inicios muy prometedores, en el año 1992 de la mano de Manolo Saiz,
Laurent Jalabert llegó al equipo ONCE y rápidamente comenzó a
cosechar victorias, gracias a sus dotes como velocista. Ese mismo año
fue subcampeón del mundo por detrás del italiano Gianni Bugno. En
1993 los éxitos continuaron con 18 victorias, 16 de ellas en España
y en 1994 alcanzó un gran momento de forma, logrando el triunfo en
siete etapas de la Vuelta a España. Una de ellas en los míticos
lagos de Covadonga, en una jornada épica en que la niebla quiso
robar protagonismo al ciclista francés.
El 3 de
julio de 1994 cambió la vida de Jalabert. Aquel día se disputaba la
segunda etapa del Tour de Francia, y como suele suceder en los
primeros compases de las grandes vueltas, la victoria iba a decidirse
al sprint, una suerte de la que Jaja era consumado especialista. En
pleno desarrollo del sprint un gendarme cometió la torpeza de
invadir la carretera para tomar un fotografía. Varios ciclistas se
vieron involucrados en una espectacular caída y Jalabert se llevó
la peor parte, fractutra de cráneo y pérdida de varios dientes. Las
trágicas imágenes de la cabeza del ciclista impactando contra el
suelo dieron la vuelta al mundo. Ese 3 de Julio comenzó la
transformación de Jalabert.
Durante la
recuperación, lo que perdió en velocidad como sprinter, lo ganó en
potencia de piernas y resistencia como escalador. Después de la
aparatosa caída Jalabert era otro corredor, más completo, más
seguro de sí mismo, y con capacidad para encarar grandes vueltas con
posibilidades.
1995 fue su gran año con un cuarto puesto en el Tour
de Francia (una carrera que su equipo también tuvo al segundo –
Alex Zulle – y al sexto – Melchor Mauri) y la victoria final en
la Vuelta a España. En la ronda española Jalabert mostró una
fortaleza apabullante, dominando la carrera en todas las facetas de
principio a fin.
Su gran
regularidad le hicieron vencedor del ranking UCI en 1995, 1996, 1997
y 1999. Además de mejorar como escalador, también se convirtió en
un contrarrelojista fiable, y en 1997 se proclamo campeón del mundo
de la especialidad. Laurent Jalabert es el mejor ciclista francés de
las últimas décadas. Desde Hinault y Fignon Francia no ha tenido
otro campeón.
El Laurent
Jalabert ciclista volvió a demostrar que el triunfo en el deporte de
alta competición es cuestión de mentalidad, autoconvencimiento,
sacrificio y tesón. Un velocista que nunca dejó de mejorar en otras
facetas, como la montaña o la contrarreloj, capaz de obtener la
victoria en cualquier tipo de etapa. Precisamente fue esa regularidad
la clave de su éxito.
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