Cristo
se apareció a Pablo, perseguidor de cristianos, y le cambió de
nombre (antes era Saulo), le regaló una espada y le sentó en el
cielo junto al Padre. Ahora, Pablo, espada en mano, se aparece a
príncipes y reyes cristianos para elevarlos a la Santidad, tal y
como hace con Fernando III el Santo, conquistador de Córdoba y
Sevilla, y único monarca en la historia de España que disfruta de
Santidad.
El
cuadro es obra de Antonio del Castillo Saavedra, que lo pintó hacia
1655. Un artistas reconocido como el gran maestro de barroco
cordobés. Este lienzo de grandes dimensiones decoraba la escalera
monumental del convento dominico de San Pablo, fundado por Fernando
III en 1236 tras la conquista cristiana de la ciudad. Actualmente se
expone en el Museo de Bellas Artes de Córdoba.
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