Desde la noche de los tiempos,
la espada ha sido el arma preferida del guerrero y el símbolo del
poder de los príncipes (los de sangre azul, y los de sangre colorá).
La cultura material de Hallstatt, desarrollada en Europa Central
durante la Primera Edad del Hierro, produjo interesantes panoplias de
armas y ricos ajuares funerarios para príncipes y reyezuelos. En el
Museo Nacional de Eslovenia, sito en su hermosa capital Ljubliana, se
expone uno de estos ajuares hallado en la necrópolis de Sticna
(Eslovenia). Estas tumbas (y sus contenidos) son una prueba tangible
de la existencia de una sociedad jerarquizada entre estos pueblos de
la protohistoria de Europa.
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