Dos de Marzo
de 1962, los New York Knicks se enfrentan a los Philadelphia Warriors
en un partido que pasó a la historia por una de esas hazañas
deportivas que suceden de cuando en cuando, los cien puntos anotados
por Wilt Chamberlain. No existen documentos gráficos de aquel
encuentro, que ya forma parte de la leyenda NBA, salvo una fotografía
del propio Chamberlain con un papel donde figuraba la mágica cifra:
100. El único jugador que se ha acercado a aquella cifra anotadora
se quedo ¿solo? en 81 puntos. Hablamos de otro mito, Kobe Bryant. En
febrero de 2019 la compañía SCP Auctions anunció haber encontrado
el acta de aquel partido.
Wilt
Chamberlain fue mucho más que un jugador que anotó cien puntos en
un partido. The Big Dipper, como era conocido por sus compañeros de
instituto, es uno de los jugadores más dominantes de todos los
tiempos y posee tropocientos récords históricos de la NBA (aunque
no es el objetivo de este artículo enumerarlos todos). Hubo
baloncesto antes de Kareem Abdul Jabbar, Michael Jordan, Drazen
Petrovic o Pau Gasol. Algunos nacimos cuando sus tiempos de jugador
ya habían pasado y tuvimos que conformarnos con las hemerotecas.
Desde muy
joven Wilt destacó por sus cualidades físicas y sus aptitudes para
el deporte, lo que le llevó a practicar atletismo, logrando buenas
marcas en Decatlón. Hasta que descubrió el baloncesto y comprendió
que era un deporte hecho para él. Tras pasar por el Instituto
Overbrook y la Universidad de Kansas, acabó enrolándose en los, no
menos legendarios Harlem Globetrotters, donde jugaría en la posición
de base. Si señor, un base de 2.16 metros. ¡¡ Menuda pasada!!.
En su carrera
NBA pasó por Philadelphia/San Francisco Warriors, Philadelphia 76ers
y Los Ángeles Lakers. Chamberlain destacó como figura individual
coleccionando una gran ristra de récords y distinciones: MVP de las
finales (1972), MVP de la temporada, inclusión en el quinteto ideal
de la temporada, Rookie del año, y por supuesto, su lugar de honor
en el Salón de la Fama. Cuando se retiró era el máximo anotador de
la historia, hasta que fue superado por Kareen Abdul Jabbar. En la
actualidad ocupa la séptima posición por detrás de Kareen Abdul
Jabbar, Karl Malone, LeBron James, Kobe Bryant, Michael Jordan y Dirk
Nowitzki. Sus promedios anotadores eran brutales, consiguiendo
superar los 50 puntos en 118 partidos, y como reboteador tampoco
tenía precio, con 23.940 (22,9 de media) sigue siendo el número uno
(2000 más que el segundo de la lista, Bill Russell). Su punto negro,
los tiros libres, con un promedio de 51%, llegando a un triste 38% en
una temporada (una estadistica habitual en pivots muy altos).
Su
extraordinaria capacidad anotadora y reboteadora, no se tradujo en
títulos, únicamente dos anillos (1967 con los Philadelphia 76ers y
1972 con los Lakers). Esta es, quizás, el lado negativo en la
carrera de este jugador, por que no lo olvidemos, el baloncesto es un
juego colectivo. No obstante su impacto fue extraordinario y los
cinco equipos en que jugó, han retirado su camiseta con el número
13.
Chamberlain
fue un personaje singular en todos los sentidos y a sus récords
conseguidos a golpe de muñeca en las canchas de todo el país, sumó
el de haber mantenido relaciones sexuales con 20.000 mujeres, según
el mismo declaró en su autobiografía. Aunque no llegase a tanto su
poder seductor, empedernido mujeriego, pasó toda su vida soltero.
Una vez apartado de la práctica profesional del deporte, se dejó
caer por los platós de cine e hizo sus pinitos como actor junto a
Arnold Schwarzenegger y Andre Gigante en la película Conan el
Destructor (1984). En octubre de 1999, el corazón de Wilt
Chamberlain sufrió un ataque, muriendo mientras dormía en su
residencia de Bel Air.
Wilt
Chamberlain representa la magia de un deporte con millones de
apasionados en todo el mundo, la belleza y la estética, la
combinación de potencia física, técnica individual, capacidad de
improvisación, creatividad innata y carácter ganador; con el balón
en las manos se sabía superior a sus rivales, a los que dejaba en
situación de KO con un despliegue de mates, bandejas, tiros en
suspensión, rebotes, asistencias imposibles, tapones . . . el
público quedaba con la boca abierta y el jugador contrario no tiene
más remedio que aplaudir. Medio siglo después de su retirada de las
canchas de baloncesto, sobre la mesa sigue abierto el interminable (y
apasionante) debate, ¿es Wilt Chamberlain el mejor jugador de
baloncesto de la historia?. A favor, sus impresionantes estadísticas
individuales. En contra, la escasez de títulos. Cada cual forje su
propia opinión.
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