Según el astrónomo Ken
Freeman y el divulgador científico Geoff McNamara, “aunque los
profesores de ciencias suelen decirles a sus alumnos que la tabla
periódica de los elementos nos muestra de qué está hecho el
universo, eso no es verdad. Sabemos que la mayor parte del universo,
un 96% aproximadamente, está formado por material oscuro (materia
oscura y energía oscura), difícil de describir en pocas palabras .
. .”.
Sea cual sea la composición
de la materia oscura, no emite ni refleja la cantidad suficiente de
luz o de otro tipo de radiación electromagnética, como para que
podamos observarla de forma directa. Los científicos infieren su
existencia debido a los efectos gravitatorios que causa en la materia
visible, por ejemplo en las velocidades de rotación de las galaxias.
Seguramente la mayor parte
de la materia oscura no está formada por las partículas elementales
convencionales (protones, neutrones, electrones y los neutrinos
conocidos), sino por constituyentes más bien hipotéticos de nombres
exóticos como “neutrinos estériles”, “axiones” y “WIMPs”
(partículas masivas de interacción débil, entre ellas los
neutralinos), que no interaccionan con el electromagnetismo y por lo
tanto no son fáciles de detectar. Los hipotéticos neutralinos se
parecen a los neutrinos, pero son más pesados y lentos. Los teóricos
también consideran la disparatada posibilidad de que la materia
oscura incluya gravitones, partículas hipotéticas que trasmiten la
gravedad y que se infiltran en nuestro universo procedentes de
universos vecinos. Si nuestro universo estuviera sobre una membrana
“flotando” dentro de un espacio de más dimensiones, la materia
oscura podría explicarse por medio de las estrellas y galaxias
corrientes de otras membranas próximas.
En 1933, el astrónomo Fritz
Zwicky proporcionó pruebas de la existencia de la materia oscura
mediante sus estudios de los movimientos de los límites de las
galaxias, que sugerían que una cantidad significativa de masa
galáctica era indetectable. A finales de la década de 1960, la
astrónoma Vera Rupon observó que la mayoría de las estrellas de
las galaxias espirales orbitan a una velocidad similar, un hecho que
implica la existencia de materia oscura más allá de la ubicación
de las estrellas en las galaxias. En 2005, los astrónomos de la
universidad de Cardiff creyeron haber descubierto una galaxia en el
cúmulo de Virgo formada casi completamente por materia oscura.
Según Freeman y McNamara,
“la materia oscura nos recuerda, una vez más, que los humanos no
somos esenciales para el universo […] Ni siquiera estamos hechos de
la misma materia que la mayor parte del Universo […] Nuestro
universo está hecho de oscuridad”.
Clifford A. Pickover.
El libro de la física.
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