Aisha, hija de Abu Bakr, a a tierna edad de nueve años contrajo matrimonio con Mahoma, convirtiéndose en la más joven y en la favorita del Profeta, debido, tal vez, a su don innato de la curiosidad. Mahoma murió entre sus manos, ¿quizás en su regazo?. Tras la muerte del profeta Aisha continuó su obra, contribuyendo al crecimiento y al desarrollo de la nueva religión. Gracias a su excelente memoria se convirtió en una fuente fiable de hadices y dichos del Profeta. Se opuso con determinación a Alí cuando este fue proclamado Califa y se enfrentó a él en la batalla del Camello. A menudo a Aisha se aparece como la Madre de los Creyentes y llegó a ser considerada la mujer más erudita de su tiempo.


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