Dos
torres rematan una iglesia con aspecto de fortaleza, que vigila de
cerca a Francisco Pizarro y está enclavada en una de las esquinas de
la célebre Plaza Mayor de Trujillo.
Este
magnífico edificio fue iniciado en el siglo XIV, y tuvo que esperar
hasta el siglo XVI para ver completada su construcción. El emperador
Carlos V paró a rezar aquí cuando se dirigía a Sevilla para
contraer matrimonio con Isabel de Portugal.
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