Una pequeña ciudad
surgida de los cienos de la laguna véneta convertida en el emporio
comercial más importante de la Edad Media mediterránea, por las
acciones de auténticos hombres de estado como el dux Pietro II
Orseolo. Pietro aprovechó las concesiones que Bizancio había hecho
a los venecianos para extender su territorio. En el año mil se lanzó
a la conquista de Curzola (Korcula) y Lagosta (Lastovo), se intitulo
dux Dalmatiacorum y unificó la costa oriental del Adriático entre
Zara (Zadar) y Ragusa (Dubrovnik), bajo protectorado veneciano. Más
tarde también aseguró el control del estratégico Canal de Otranto.
“Il doge era tornato a
Venezia decorato dal títolo di duca dei Venetici e dei Dalmati
che sanciva la nuova realtà nell'Adriatico e, insieme, gli conferiva
un rango principesco ornai incontrastato. Egli appariva in quel
momento l'uomo forte del bacino del Mediterráneo e del mondo
occidentale”.
Alvise Zorzi. La
Repubblica del Leone.
Dos años después, el
emperador Enrique II el Santo confirma solemnemente los privilegios
de Venecia y reconoce al dogo el título de “Duque de los
Venecianos y de los Dálmatas”.
Pietro II Orseolo pertenecía a una ilustre familia veneciana, su padre fue San Pietro Orseolo, su hijo Otón también ocupó el cargo de dux y su nieto, llamado Pedro Orseolo, fue el segundo rey de Hungría.
Pietro II Orseolo pertenecía a una ilustre familia veneciana, su padre fue San Pietro Orseolo, su hijo Otón también ocupó el cargo de dux y su nieto, llamado Pedro Orseolo, fue el segundo rey de Hungría.
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