Los peregrinos van
dejando atrás las tierras de León y se preparan para encarar el
terrible ascenso al Cebreiro. En Vega de Valcarce, un topónimo con
todo el sentido del mundo, ya se huele, se siente Galicia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario