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jueves, 22 de febrero de 2018
sábado, 21 de noviembre de 2015
SOBRE IBERIA DE APIANO (XLIV)
86 Escipión somete al ejército a
ejercicios continuos.
Pero con todo, ni aun así
se atrevió a entablar combate hasta que los ejercitó con muchos
trabajos. Así que, recorriendo a diario todas las llanuras más
cercanas, construía y demolía a continuación un campamento tras
otro, cavaba las zanjas más profundas y las volvía a llenar,
edificaba grandes muros y los echaba abajo otra vez, inspeccionándolo
todo en persona desde la aurora hasta el atardecer. Las marchas, con
objeto de que nadie pudiera escaparse como sucedía antes, las
llevaba a cabo siempre en formación cuadrada y sin que estuviese
permitido a ninguno cambiar el lugar de la formación que le había
sido asignado. Recorría la línea de marcha y, presentándose muchas
veces en la retaguardia, hacía subir en los caballos a los soldados
desfallecidos en lugar de los jinetes y, cuando las mulas estaban
sobrecargadas, repartía la carga entre los soldados de a pie. Si
acampaban al aire libre, los que habían formado la vanguardia
durante el día debían colocarse en torno al campamento después de
la marcha y un cuerpo de jinetes recorrer los alrededores. Los demás,
por su parte, realizaban las tareas encomendadas a cada uno, unos
cavaban trincheras, otros hacían trabajos de fortificación, otros
levantaban las tiendas de campaña, y estaba fijado y medido el
tiempo de realización de todos estos menesteres.
87 Escipión se traslada junto a
Numancia. Su carácter previsor.
Cuando calculó que el
ejército estaba presto, obediente a él y capaz de soportar el
trabajo, trasladó su campamento a las cercanías de los numantinos.
Pero no estableció, como algunos, avanzadillas en puestos de guardia
fortificados ni dividió por ningún concepto a su ejército a fin de
que, en caso de ocurrir algún contratiempo en un principio, no se
ganara el desprecio de los enemigos, que, incluso entonces, ya los
menospreciaban. No llevó a cabo tampoco ningún intento contra
aquéllos, pues todavía estudiaba la naturaleza de la guerra, su
momento favorable y cuáles serían los planes de los numantinos.
Recorrió, en busca de forraje, toda la zona situada detrás del
campamento y segó el trigo todavía verde. Cuando hubo segado todos
estos campos, se hizo preciso marchar hacia adelante. Había un atajo
que pasaba junto a Numancia en dirección a la llanura y muchos le
aconsejaban que lo tomara. Manifestó, sin embargo, que temía el
retorno, pues los enemigos estarían, entonces, descargados y
tendrían a su ciudad como base desde donde atacar y a la que poder
retirarse. Y añadió: «En cambio, los nuestros retornarán
cargados, como es natural en una expedición que viene de recoger
trigo, y exhaustos, y llevarán animales de carga, carros y
vituallas. El combate será muy difícil y desigual; arrostraremos un
gran peligro, si somos vencidos, y sin embargo, en caso de vencer, no
obtendremos una gloria grande ni provechosa. Es ilógico exponerse al
peligro por un resultado pequeño y es incauto el general que acepta
el combate antes del momento propicio; bueno, en cambio, lo es el que
sólo se arriesga en el momento necesario». Y prosiguió, a modo de
comparación, que tampoco los médicos echan mano de amputaciones o
cauterizaciones antes que de fármacos. Después de haber dicho esto,
ordenó a sus oficiales que hicieran la ruta por el camino más
largo. Acompañó, entonces, a la expedición hasta el límite del
campamento y se dirigió a continuación al territorio de los
vacceos, de donde los numantinos compraban sus provisiones, segando
todo lo que encontraba y reuniendo lo que era útil para su
alimentación, mientras que lo sobrante lo amontonaba en pilas y le
prendía fuego.
jueves, 19 de noviembre de 2015
SOBRE IBERIA DE APIANO (XLIII)
84 Escipión es elegido cónsul y parte
hacia Iberia.
En Roma, el pueblo,
cansado ya de la guerra contra los numantinos, que se alargaba y les
resultaba mucho más difícil de lo que esperaban, eligió a Cornelio
Escipión, el conquistador de Cartago, para desempeñar de nuevo el
consulado, en la idea de que era el único capaz de vencer a los
numantinos. Éste también en la presente ocasión tenía menos edad
de la establecida por la ley para acceder al consulado, por
consiguiente el senado, una vez más, como cuando fue elegido este
mismo Escipión contra los cartagineses, decretó que los tribunos de
la plebe dejaran en suspenso la ley referente a la edad y la pusieran
de nuevo en vigor al año siguiente. De esta manera Escipión, cónsul
por segunda vez, se apresuró contra Numancia. Él no formó ningún
ejército de las listas de ciudadanos inscritos en el servicio
militar, pues eran muchas las guerras que tenían entre manos y había
gran cantidad de hombres en Iberia. Sin embargo, con el consenso del
senado, se llevó a algunos voluntarios que le habían enviado
algunas ciudades y reyes en razón de lazos personales de amistad, y
a quinientos clientes y amigos de Roma, a los que enroló en una
compañía y los llamó la compañía de los amigos. A todos ellos,
que en total eran unos cuatro mil, los puso bajo el mando de su
sobrino Buteón y él, con unos pocos, se adelantó hacia Iberia para
unirse al ejército, pues se había enterado que estaba lleno de
ociosidad, discordias y lujo, y era plenamente consciente de que
jamás podría vencer a sus enemigos antes de haber sometido a sus
hombres a la disciplina más férrea.
85 Restauración de la disciplina en el
ejército.
Nada más llegar, expulsó
a todos los mercaderes y prostitutas, así como a los adivinos y
sacrifica dores, a quienes los soldados, atemorizados a causa de las
derrotas, consultaban continuamente. Asimismo les prohibió llevar en
el futuro cualquier objeto superfluo, incluso víctimas sacrificiales
con propósitos adivinatorios. Ordenó también que fueran vendidos
todos los carros y la totalidad de los objetos innecesarios que
contuvieran y las bestias de tiro, salvo las que permitió que se
quedaran. A nadie le fue autorizado tener utensilios para su vida
cotidiana, exceptuando un asador, una marmita de bronce y una sola
taza. Les limitó la alimentación a carne hervida o asada. Prohibió
que tuvieran camas y él fue el primero en descansar sobre un lecho
de yerba. Impidió también que cabalgaran sobre mulas cuando iban de
marcha, pues: «¿Qué se puede esperar, en la guerra —dijo— de
un hombre que es incapaz de ir a pie?». Tuvieron que lavarse y
untarse con aceite por sí solos, diciendo en son de burla Escipión
que únicamente las muías, al carecer de manos, tenían necesidad de
quienes las frotaran. De esta forma, los reintegró a la disciplina a
todos en conjunto y también los acostumbró a que lo respetaran y
temieran, mostrándose de difícil acceso, parco a la hora de otorgar
favores y, de modo especial, en aquellos que iban contra las
ordenanzas. Repetía, en numerosas ocasiones, que los generales
austeros y estrictos en la observancia de la ley eran útiles para
sus propios hombres, mientras que los dúctiles y amigos de regalos
lo eran para sus enemigos, pues, decía, los soldados de estos
últimos están alegres pero indisciplinados y, en cambio, los de los
primeros, aunque con un aire sombrío, son, no obstante, obedientes y
están dispuestos a todo.
domingo, 21 de septiembre de 2014
PASTORES Y LEGIONARIOS
La avanzada ingeniería romana,
utilizando a sus eficientes legionarios, fue “asfaltando”
antiquísimos caminos, utilizados por druidas giróvagos y pastores
trashumantes. Ambas tradiciones se unen en la Ruta Xacobea.
“.... dos redes viarias convergentes
en Compostela y anteriores a la aparición del culto jacobeo; la
romana y la del ganado trashumante. Aquélla nació de empedrar
senderos ya trillados por los celtas. Esta fue trazada por los
pastores de Habidis en su larga aventura peninsular” (Dragó).
jueves, 18 de septiembre de 2014
VÍA DOMITIA
Los
legionarios romanos formaban una magnífica fuerza militar. Pero
además, cuando las circunstancias lo requerían, actuaban como un
efectiva maquinaria constructiva. Con sus armas vencían a los
enemigos y con sus herramientas los romanizaban. No existe mejor
forma de dominar un territorio que un buen sistema de comunicaciones.
Y eso es lo que hizo roma en Europa, construir una excelente red de
carreteras.
La
primera que se construyó en las Galias fue la Vía Domitia, que
discurría por la Galia Narbonense, corriendo paralela a la costa
Mediterránea, entre los Alpes y los Pirineos. Una de las principales
ciudades que atravesaba la Vía Domitia, era Narbona, capital
provincial, y la cruzaba justo por el Foro, el mismo lugar donde
siglos después se elevó la Catedral de los Santos Justo y Pastor.
La
Vía Domitia unía todas las ciudades romanas de la Galia Meridional,
como Brigantio (Briancon), Nemausus (Nimes), Baeteris (Beziers) y la
propia Narbo Martius (Narbona). Al llegar a la Península Ibérica,
la Vía Domitia se transformaba en la Vía Augusta que prolongaba su
trayecto hasta Gades. En la actualidad es posible encontrar tramos de
la Vía Domitia en algunas de las áreas de servicio y de descanso de
la Autopista que cruza el sur de Francia.
jueves, 6 de marzo de 2014
EL MUNDO ANTIGUO A OJOS DE ASTERIX Y OBÉLIX V. LA LEGIÓN X
En el año 45 a.C. tuvo lugar la Batalla de Munda, en suelo hispano, en la que Cayo Julio César derrotó definitivamente a Cneo y Sexto, los hijos de su gran rival Pompeyo, poniendo fin la cruenta guerra civil.
En Munda, la Legión X, formada por veteranos de César, jugó un papel crucial en el momento decisivo de la contienda. En el álbum "Astérix en Hispania", un victorioso Julio César pasa revista y agradece a los legionarios de la "décima" su excelente actuación en la batalla.
"[...] según cuentan las crónicas, la experiencia militar de las legiones cesarianas, a cuya vanguardia se situó la magnífica X Legión, fue la herramienta fundamental que desarboló al inconexo ejército pompeyano"
La Aventura de los romanos en Hispania.
Juan Antonio Cebrián.
domingo, 23 de febrero de 2014
EL CAMINO DEL LEGIONARIO
Al paso marcha la legión por angostos caminos, cortan leña, salvan ríos, lanzan puentes, cavan trincheras, empedran caminos, y si es necesario, también luchan. Pero sobre todo, caminan, caminan y caminan. La base de su éxito descansaba en su organización, su flexibilidad y su insuperable capacidad de avanzar, avanzar y avanzar.
jueves, 9 de mayo de 2013
HANNIBALIS
El parisino Jardín de las Tullerías es un agradable paseo alejado del bullicio de la ciudad, un lugar de paz, reposo y tranquilidad, con fuentes, jardines, estanques y estatuas. Una de esas estatuas representa al gran general cartaginés Aníbal Barca.
El escultor francés Sebastien Lodtz es el autor material de este Hannibalis vencedor de Roma en la batalla de Cannas. El general cartaginés se nos presenta altivo y orgulloso tras haber puesto a sus pies, a las cuasi invencibles legiones de Roma.
Aníbal sosteine el estandarte de la legión volteado (al igual que hacen los satánicos con la cruz cristiana) y pisotea enérgicamente un Águila, símbolo militar romano.
miércoles, 3 de abril de 2013
CENTURIÓN
La sangre del Lazio late por mis venas,
como centurión camino
a través de angostas vías
hasta los límites del Imperio.
Se que el enemigo es fuerte,
comprendo que el clima es duro,
tengo claras las dificultades del terreno
mas derrotaré a los bárbaros,
al aguerrido germano,
al veloz númida,
al belicoso dacio
y al poderoso persa
me debo a mi legión,
con ella lucharé
allí donde me ordenen
derramaré mi sangre
por mis compañeros
combatiré por la victoria
o moriré por Roma . . .
martes, 22 de enero de 2013
MITRA Y EL TORO
La tauroctonía es la imagen principal del culto mistérico mitraico, que tuvo su origen en la meseta irania y que en época romana se convirtió en práctica habitual entre los legionarios. Además, ante la falta de textos litúrgicos, no tenemos más remedio que analizar los monumentos figurativos, para tratar de asomarnos, siquiera de puntillas, a los "Misterios de Mitra".
Mitra encontró al toro primordial pastando tranquilamente, trató de montarlo asiéndolo por los cuernos y varias veces fue derribado. El dios no cejó en su empeño y volvió a intentarlo una y otra vez, hasta que el toro, exhausto, mordió el polvo. Mitra se lo echó sobre los hombres y lo transportó hasta su cueva.
Un cuervo fue el mensajero del Sol, con la orden de sacrificar al animal. Mitra, ataviado con gorro frigio agarró al toro y le hundió un cuchillo en el cuello. El rostro de la deidad, refleja al menos indiferencia, cuando no, compasión, ante el acto que acaba de cometer. Jamás, en ninguna representación, Mitra, mirará a los ojos del Toro. Del cuerpo del animal moribundo surgirán hierbas y plantas saludables, de su columna vertebral germinará el trigo que da pan (y cerveza), su sangre, cual fruto de la vid, se transformó en vino, licor sagrado de los misterios, y de su semen, recogido y purificado por la luz de la luna, nacieron los animales útiles para el hombre.
Pronto llegó un perro que se alimentaba del grano, una serpiente que repta por el suelo, y un escorpión, que con sus fuertes pinzas, se aferró a los testículos del Toro.
Estudiosos, investigadores, historiadores, se debaten entre dos posturas a la hora de interpretar el simbolismo de la tauroctonía.
Una interpretación insiste en su significado naturalista, conectado con el sacrificio del animal, la creación y la regeneración. En este caso, tendría más peso la tradición irania del culto.
Por otro lado, a la muerte del toro a manos de Mitra, se la ha dado una significación astrológica; simbolizando el final de la Era de Tauro y el comienzo de la Era de Aries. En este sentido, los acompañantes de Mitra representarían a diversas constelaciones, el perro se corresponde con Canis Minor, el escorpión con Escorpio, la serpiente con Hydra, el cuervo con Corvus.... Esta segunda posibilidad, pasa por aceptar un origen grecolatino, para el culto mitraico.
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