Los escaldas escandinavos se
embriagan para conectar con el más allá, una vez en estado de
trance viajan a Wallhala y beben con los héroes, las valkirias y a
los dioses. A su vuelta al mundo de los hombres cuentan lo que vieron
allí. La piedra de Tjängvide, según se desprende de las runas que
aún se pueden leer en su superficie (los que sean capaces de
hacerlo), se egirió en memoria de un tal Hjorulfr, muy probablemente
después de su muerte. Esto explicaría la representación, en la
parte superior, de una escena del Walhalla. Un jinete, suponemos que
Hjorulfr, hombre valiente y arrojado en combate (caracteres
fundamentales para ser convocado por Odin) llega a Walhalla, donde es
recibido por una valquiria que le ofrece un cuerno lleno de
hidromiel. Hay quien ha visto en este jinete al mismo Odín ya que el
caballo parece tener ocho patas, igual que la montura del dios
supremo del panteón vikingo, conocida como Sleipnir. En el panel
inferior podemos apreciar una embarcación vikinga, lo que parece
sugerir que el difunto Hjorulfe participó en alguna expedición.
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