El tercer faraón de la II
Dinastía fue Ninecher, y se vio obligado a desmantelar las
fortalezas de varias ciudades del Delta, al agudizarse las tensiones
con el Alto Egipto. Su nombre de Horus significa Divino. Según
Manetón, reinó durante la friolera de 47 años, y decidió que
también las mujeres podían ocupar el trono. Nynecher, como Nebra,
se construyó su tumba en Saqqara.
Parece ser que, hacia la mitad
del reinado de Nynecher (c. 2700), existía un importante malestar
social. Una oscura entrada en la piedra de Palermo habla de
«despedazar Shem-ra y el norte». Si el Bajo Egipto estaba tratando
de escindirse del control central, ello podría explicar por qué los
dos o tres reyes que sucedieron a Nynecher eran desconocidos en el
sur del país. Quizá el hecho de que la I Dinastía se hubiera
centrado en el Alto Egipto había provocado un resentimiento latente
entre la población del norte.
Augue y caída del Antiguo
Egipto.
Toby Wilkinson.
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