Monumento que conmemora el VII Centenario de la fundación del Condado de Benavente. |
Villa señorial zamorana enclavada en la Tierra de Campos, situada en plena Vía de la Plata, es el lugar de origen de los duques de Benavente.
La vida de Benavente basculaba en torno a tres plazas (Mayor, de San
Juan, del Grano) de marcado carácter comercial. Dos calles
gremiales, de los Herreros y de Santa Cruz (primitivas diagonales)
confluyen en la Plaza Santa María, corazón espiritual de la villa.
Alejada del centro urbano se eleva la Torre del Caracol.
Iglesia
de San Juan del Mercado. Muchas iglesias castellanas tienen como
apellidos del Mercado, debido a las actividades habituales que se
desarrollaban en sus inmediaciones. En el año 1182 fue iniciada su
construcción en piedra de sillería y se terminó varios años
después utilizando el ladrillo (¿influencia mudéjar?) como
elemento constructivo (las modas son las modas).
San
Juan del Mercado presenta un estilo románico, con tres naves,
crucero no acusado y tres ábsides semicirculares en la cabecera.
Este templo conserva tres portadas entre las que destaca la situada a
mediodía con el tema de la Epifanía.
Iglesia
de Santa María del Azogue. Una talla románica de Virgen y Niño, y
el conjunto de la Anunciación en piedra policromada del siglo XIII,
son las piezas más valiosas custodiadas en el templo. En el exterior
podemos apreciar la superposición de estilos desde el origen de las
obras en el siglo XII. Cinco ábsides en la cabecera y tres portadas
que responden al estilo románico original.
Torre
del Caracol. La torre del caracol es lo único que queda en pie de un
castillo, que por lo que cuentan aquellos que lo vieron, era uno de
los más suntuosos de toda España. En la actualidad, como tantos
otros monumentos, es el Parador Nacional de Turismo de Benavente. La
Torre del Caracol es obra del siglo XVI y mezcla lo nuevo – el
Renacimiento – con lo antiguo – el Gótico. En el siglo XIX fue
arrasado e incenciado por los obedientes soldados de Napoleón (un
señor muy dado a los expolios).
Hospital
de la Piedad. Alonso Pimentel, el quinto conde de Benavente, quiso
dotar a la villa de un hospital de peregrinos, y por ese motivo
ordenó la construcción de este hospital de la Piedad. Llamativa
fachada renacentista con algunos elementos del gótico (un estilo que
se resistía a desaparecer). En este edificio reposaban los
peregrinos que caminaban a Santiago de Compostela por la Vía de la
Plata (desde aquí enlazaban con Astorga).
El
toro enmaromado es un festejo taurino que se celebra durante la
festividad del Corpus Christi.
Un
poco de Historia. En el norte de la provincia de Zamora, se ubica
Benavente, sobre una colina que domina la vega que forman los ríos
Esla y Órbigo (muy vinculados ambos al Camino de Santiago). Es
además el punto que marca la confluencia de dos zonas diferenciadas
físicas y culturalmente, la comarca de Los Valles y las llanuras de
la Tierra de Campos.
Su
historia humana es larga y en la Edad del Hierro estaba habitada por
los brigecienses (gentilidad de los astures), aunque su historia
escrita (y documentada) comienza bien entrada la Edad Media. En el
siglo XII aparece vinculada al proceso repoblador iniciado por los
reyes de León con el nombre de Malgrat. Su gran benefactor fue
Fernando II que le concede Fuero en 1167. En la centuria siguiente
tuvo lugar en Benavente un acontecimiento de gran importancia y
trascendencia histórica; el Convenio de Benavente, en virtud del
cual se unen las coronas de Castilla y de León en la persona de
Fernando III el Santo. A partir de esos momentos Benavente alcanza
mayor dimensión recibiendo numerosos privilegios reales y
apareciendo con cierta frecuencia en las crónicas castellanas.
En
1398 Enrique III entrega Benavente y su tierra como título de
condado a un caballero portugués, don Juan Alfonso Pimentel. Este
primer Pimentel sería el tronco de la dinastía nobiliaria que se
mantuvo vinculada al lugara hasta el siglo XIX, la época del
liberalismo. De esta manera la ciudad se funde (y se confunde) con la
de sus señores. Durante la guerra de Independencia sufrió los
rigores bélicos y en el año 1929 Alfonso XIII le concedió el
título de ciudad.
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