Mitos y
leyendas del Vampiro del Ampurdán resuenan en los viejos cimientos
de las calles, las casas y especialmente del Castillo de Llers. Caía
la tarde con parsimonia, una tarde sofocante y plomiza, aún era azul
el cielo cuando arribé fatigado a Llers, como si el Conde Estruch hubiese succionado mi sangre. Cuentan ignotas leyendas que el citado
Conde Estruch aterrorizaba a los sencillos aldeanos de toda la
comarca, llevando una no vida, después de una violenta muerte.
En la Edad
Media, el castillo de Llers era una plaza fuerte situada en la
frontera entre los condados de Besalú y el de Ampurias. Desde el
siglo XI fue posesión de los señores de Llers i Cerviá, y en el
siglo XIII pasó a los Rocaberti. La fortaleza aparece documentada en
relación a los condes de Besalú y a la casa de Barcelona.
Esta tarde,
Llers es un pueblo fantasma (por desierto) no encontré ni al
vampiro, ni a nadie que me hablase de él. Pero tengo la impresión,
que de una u otra manera, es una villa relacionada con la magia, lo
sobrenatural y la brujería.
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