Durante los años de la Dinastía II Egipto sufrió numerosos problemas internos. El poder de los reyes quedó reducido a la zona de Menfis, hasta que dos soberanos, Sejemib y Jasejem (penúltimo y último monarca tinita), consiguieron restablecer la capital en Tinis, y de paso reunificar el Alto y el Bajo Egipto.
El sexto monarca de la Segunda
Dinastía, fue Sejemib, que reinó durante unos 17 años. Su nombre
aparece documentado en vasos de piedra procedentes de Saqqara. Su
reinado se caracterizó por una agitación interna debida a la
rivalidad entre el Norte y el Sur, el Valle y el Delta. El conflicto
superaba el ámbito político, y también tenía un componente
religioso, legitimado por la mítica lucha entre los dioses Horus y
Set, que combatieron entre sí para unificar y controlar el Alto y el
Bajo Egipto.
Después de una violenta revuelta
en el reino del Norte, Sejemib abandonó Menfis y encontró refugio
en el Sur, donde cambió su nombre de Horus, Sejemib, por el de Set,
Peribsen. Durante un tiempo Egipto quedó dividido en dos (dos
regiones que parecían irreconciliables). El rey se sintió ligado a
los tradicionalistas del Sur, la tierra de Set, dios antagónico de
Horus, que simbolizaba el Norte del País. Sejemib/Peribsen
restableció la capital en Tinis, y quizás incluso recuperó el
dominio de la región menfita. Este rey se hizo enterrar en una
mastaba en Abido.
Curiosamente, los dioses
protectores de la nueva monarquia unificada pasarian a ser Horus y
Set reconciliados. Ello se debe a que un amplio sector de la vieja
aristocracia del Alto Egipto se habia mantenido fiel al dios Set tras
su derrota por Horus. Despues, los reyes de Hieracompolis tuvieron
que aceptar algun tipo de compromiso con esta aristocracia que aun
conservaba gran parte de su poder, y cuando los reyes emprendieron la
conquista del Bajo Egipto sin duda tuvieron que pedir ayuda a estos
principes hereditarios que seguian gobernando en los nomos del sur.
La ayuda prestada por los Diez Grandes del Sur quedo plasmada
religiosamente en la alianza de Horus y Set unidos en una empresa
comun.
Josep Padró
Historia del Egipto Faraónico.
Jasejem sucedió a Sejemib en el
trono y se convirtió en el último soberano de la dinastía II. La
mayoría de los documentos que conocemos de este monarca proceden de
Hieracómpolis, ciudad de la que tal vez era originario. Derrotó al
Norte en una cruenta guerra civil y actuó militarmente contra los
jefes de los clanes tradicionalistas del Alto Egipto que había
apoyado a Peribsen, pero se negaban a la centralización del Esto. De
este modo, reunificó el Bajo y el Alto Egipto. Cambió su nombre de
Jasejem por el de Jasejemuy, identificándose, de esta manera, con
las dos partes del país. Jasejem sustituyó a los príncipes
hereditarios del Alto Egipto por administradores, funcionarios del
Estado y nomarcas.
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