Nada
es eterno, ni los propios dioses. La muerte es un paso más, una
puerta abierta al Walhalla. Vítores y ofrendas, cánticos, combates,
alcohol y desenfreno, sexo y sacrificios humanos, Eros y Thanatos
separados por una delgada línea. El Ángel de la Muerte te mostrará
el camino. Las llamas se elevan a los cielos, mientras las Valquirias
cantan su canción.
Un "caracol" rebelde, Hélène van Zuylen (1863-1947)
Hace 22 horas
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