La
nieve lo cubre todo, los renos sobreviven como pueden, los cerdos
comparten espacio con las personas, el hielo dificulta las
comunicaciones, las horas son interminables, el invierno es tiempo de
espera para todos, la primavera camina lenta y el fuego se convierte
en un aliado determinante. Para sobrellevar mejor las inclemencias
del invierno boreal las aldeas y las granjas de los vikingos se
emplazaban cerca de la costa en las regiones del sur de Escandinavia.
La
casa típica era un hogar comunal, un edificio largo y estrecho en el
que la familia y el ganado vivían bajo el mismo techo: las personas
en un extremo y los animales en un establo, en el otro. El ganado
contribuía a mantener la casa caliente en invierno.
John
Haywood.
Los
hombres del Norte.
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