La luna me está mirando
y acariciándome el pelo,
y yo le he dicho que el cielo
puede quedarse esperando.
La luna me está sintiendo
bajo su octava costilla
y con su luz amarilla
la luna me está diciendo:
Ya sé que te están condenando,
te están condenando, te están condenando
porque las cosas, niño, que tú dices
las dices cantando, las dices cantando.
Y si cantando las digo
las oye la luna llena,
y si por eso hay condena
yo no le temo al castigo,
y si por eso hay condena
yo no le temo al castigo.
La condena de los besos largos
en las plazas de las catedrales
donde el vino sabe amargo
y amarga amores inmortales.
Y mortales condenas de encargo
de besos largos en nuestros portales,
que me condenen si es pa algo
y muera por los Carnavales.
Carnavales de los besos largos,
carnavales, mortales condenas,
carnavales, risas por encargo
y por encargo, besos en nuestros portales.
La libertad está pa algo, la libertad,
los carnavales.
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