El Nilo no solo fue la causa e inspiración de la cultura del
antiguo Egipto; fue también el hilo conductor que unificaría toda
la historia egipcia, presenciando los progresos de la realeza, el
transporte de los obeliscos, las procesiones de los dioses, el avance
de los ejércitos, etcétera. El valle y el delta del Nilo —las
«Dos Tierras», en la terminología de los propios egipcios—
constituyen el telón de fondo de la grandeza y decadencia del
antiguo Egipto, y su peculiar geografía resulta clave para entender
la larga y compleja historia de este país.
Toby Wilkinson.
Auge y caída
del Antiguo Egipto.
La
civilización egipcia se desarrolló a lo largo del río Nilo,
ocupando ambas orillas, el país de las dos tierras. En
Egipto podemos distinguir dos grandes regiones: el Valle y el Delta.
El Valle, también llamado Alto Egipto estaba situado al sur y su
dios protector era Set. El Delta, o Bajo Egipto se situaba al norte
del país, en el lugar donde el Nilo desemboca en el Mediterráneo, y
estaba bajo la protección de Horus. La historia de Egipto es la
historia de las uniones y separaciones del Alto y el Bajo Egipto.
“Los egipcios – escribió
el historiador griego Herodoto – gozan de un clima excepcional,
habitan a la orilla de un río diferente de otros ríos, y han
adquirido costumbres muy peculiares que los diferencian notablemente
de otros hombres.”
La civilización del Antiguo
Egipto recibió la impronta de ambas características: la benignidad
del clima y la curiosa configuración geográfica del valle del Nilo.
La historia de esta espléndida civilización se debe abordar siempre
desde sus perspectivas naturales: el río, las elevaciones montañosas
que constriñen gran parte de su largo recorrido, la límpida
claridad de su cielo y el manto de arena que tapiza su suelo.
Sus límites son justos y
precisos. No existió país alguno en la Antigüedad cuyos lindes se
hallasen tan claramente fijados por la Naturaleza. Al Norte, el
Mediterráneo; al Este y al Oeste, los desiertos arábigo y líbico;
al Sur, las cataratas del Nilo. Sus cuatro costados son barreras
difíciles de atravesar, al abrigo de las cuales Egipto halló la
protección de unas defensas naturales contra el asalto de sus
enemigos.
Desde los vastos lagos del
África Central, Victoria y Albert, el Nilo fluye en un largo curso
de 6.695 kilómetros hasta el Mediterráneo. Sus aguas han ido
erosionando los bordes de una meseta hendida formando acantilados,
que se erigen desde una altura de doscientos metros como colosos de
una valle uniformemente llano. Un pasillo de interminable longitud se
extiende en un recorrido de novecientos kilómetros, en ocasiones tan
angosto que en algunos parajes se reduce a la anchura del propio río.
Estos últimos kilómetros del trayecto, desde la primera catarata
hasta el mar, constituyen propiamente la tierra de Egipto. Egipto es
el río Nilo.
Al norte de Menfis (o del
actual Cairo) el aspecto del país cambia bruscamente. Los escalones
líbico y arábigo, cortados en forma de V por un antiguo golfo
marino, divergen cada vez más, hundiéndose finalmente en el mar. El
Valle, majestuoso, se ensancha ampliamente y forma un delta, que se
abre en un inmenso abanico de cien kilómetros de longitud por
seiscientos de perímetro. Nos hallamos en la tierra del norte, “ta
meh”, el Bajo Egipto.
La Naturaleza ha creado un
Egipto mediterráneo y otro africano: las diferencias entre estas Dos
Tierras son los suficientemente significativas para marcar con una
impronta indeleble la historia mitológica y humana del país.
Existe, pese a ello, una armonía entre ambas: el Valle se expande en
lingitud, el Delta en anchura, pero sus superficies cultivables y sus
poblaciones son equivalentes, quedando equilibradas estas aparentes
tendencias contrapuestas. El Nilo ha establecido la unidad
indivisible de las Dos Tierras: ambas se necesitan y complementan.
Vicente Ruvira.
El Nilo.
Historia y Vida. Extra 66. El
misterioso Egipto.
Rodeados de desiertos
prácticamente por todos lados, los egipcios pensaban que ningún
pueblos podría atacarlos, en ese sentido se consideraban elegidos
por los dioses.
Históricamente, Egipto se divide en dos países: el Alto Egipto, que corresponde al Valle del Nilo propiamente dicho y que abarca desde la 1.ª catarata, en Asuan, al sur, hasta la región de Menfis, al norte; y el Bajo Egipto, que corresponde al Delta e incluye Menfis en su extremidad meridional. No obstante, desde el punto de vista estrictamente geográfico, es posible distinguir un Egipto Medio, que va desde el norte de la región de Tebas hasta el limite con el Bajo Egipto. Finalmente, hay que señalar que en la 1.ª catarata se encuentra la frontera histórica de Egipto con Nubia.
Josep Padró.
Historia del Egipto faraónico.
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