La Revolución Francesa es el ejemplo más paradigmático de Revolución Política. Decimos que es paradigmático porque recoge los elementos más característicos de este tipo de revoluciones. Además marcó el inicio de una serie de cambios sociales y políticos que transformarían Europa durante el siglo XIX, dando comienzo a la Edad Contemporánea. En 1789 la burguesía francesa aprovechó una situación de crisis para iniciar un movimiento revolucionario que le permitiese alcanzar el poder.
La historiografía sobre la Revolución francesa es muy abundante, desde el mismo desarrollo de tales sucesos hasta nuestros días, y en todo momento se ha planteado una compleja problemática sobre los múltiples aspectos de este proceso revolucionario buscando contestaciones y elaborando interpretaciones, de muy diverso tipo, al conjunto de los problemas suscitados. Así, en primer lugar, la interpretación de que la Revolución francesa se deriva del proceso histórico se debe a un coetáneo de los acontecimientos, Barnave en su Introducción a la Revolución Francesa, y que recoge Godechot, al demostrar que la Revolución no sólo fue europea, sino que procedía de la evolución de la sociedad: desde la Edad Media la propiedad esencialmente agrícola había llevado a la constitución de una sociedad aristocrática, pero en los tiempos modernos el desarrollo de la industria y el comercio trajo consigo “una nueva distribución de la riqueza”, y ésta produjo “una nueva distribución del poder”, es decir, una revolución política consecuencia del anterior proceso de cambio económico-social. Y en segundo lugar, Godechot plantea, recogiendo el estado actual de las cuestiones a partir de diversos autores, que la Revolución francesa no puede ser considerada como un fenómeno particular, nacional y aislado, sino que constituye el episodio sin duda más importante de una gran revolución que agita a todo Occidente desde 1770 hasta 1850; así, las revoluciones que afectaron a los países costeros del Atlántico entre 1770 y 1848 son manifestaciones de una sola y única revolución liberal-burguesa, variando sólo en función de las condiciones particulares existentes en cada lugar, y, por tanto, la Revolución no es sólo francesa, sino atlántico occidental.
José Urbano Martínez Carreras
Introducción a la historia contemporánea 1.
La Era de las Revoluciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario