Hubo un
tiempo, no tan lejano, en que la entada y la salida de personas (y
mercancías) en las ciudades era regulada de forma permanente por las
autoridades locales por medio de las puertas abiertaas en sus
murallas. Llegada la noche estas puertas se cerraba y se establecía
el toque de queda.
La ciudad de
Toledo aún conserva algunas de esa entradas, como la monumental
Puerta del Cambrón. En origen era conocida como Puerta de los
Judíos, fue reedificada siguiendo patrones renacentistas en el siglo
XVI. La construcción que podemos contemplar en la actualidad dispone
de doble puerta y cuatro torres (repitiendo el esquema de la próxima
Puerta Bisagra). Su nombra deriva de las plantas cambroneras que
creían en sus inmediaciones.
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