Roberto
I duque de Normandía, conocido como el Liberal, el Diablo y el
Magnífico fue un hombre de personalidad violenta y complicada, que
llegó al poder después de la muerte, en extrañas circunstancias,
de su hermano Ricardo III. Se ha especulado mucho sobre la
implicación de Roberto en dicha muerte.
Roberto
era el hijo menor de Ricardo II y Judith de Bretaña, y desde el
primer momento proyectó gobernar Normandía con mano dura, pasando
por encima de todo aquel que se le opusiera, como el obispo Hugo de
Bayeux o el poderoso arzobispo de Ruán, Roberto el Danés.
El
Diablo también intervino activamente en el extranjero. Invadió
Flandes para reponer a Balduino IV que había sido depuesto por su
hermano Balduino V, ayudó a Enrique I a recuperar el trono de
Francia usurpado por su hermano Roberto y actuó en Inglaterra en
favor de su primo Eduardo el Confesor.
Como
buen normando Roberto el Diablo dispuso de varias amantes, una de
ellas Arlette de Falaise, dio a luz a Guillermo el Conquistador. En
1035, y siguiendo la moda imperante en Occidente, Roberto emprendió
peregrinación a Tierra Santa, muriendo en el camino de regreso a
casa.
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